Atender a los adultos mayores con un geriatra no es prioridad en el Hospital General
El Hospital General sólo tiene cuatro camas en el área de Terapia Intensiva, mismas que resultan insuficientes ante la gran demanda que registra el nosocomio, admite su director, Alberto Balderas Martínez, quien además minimiza el hecho de que no tengan un geriatra para la atención de los adultos mayores, ya que, dice, ?no es prioridad por el momento?.
En lo que respecta al primer punto, Balderas Martínez explica que contemplan la ampliación del área de Terapia Intensiva, ya que lo idóneo es que tengan ocho camas en esta zona y sólo disponene de la mitad; no obstante, acepta que a la fecha no cuentan con el capital para llevar a cabo esta obra, así que desconocen a ciencia cierta cuándo se concretará.
?Laboramos con cuatro camas, que en varias ocasiones no son suficientes. Requerimos de una Terapia Intermedia, donde probablemente podamos abarcar en un futuro mediato, es decir, pacientes que ya no estén críticos y que estén estables, pasarlos a este lugar y posteriormente a hospitalización?, declara.
El anestesiólogo dice que tuvieron una reunión con el secretario de Salud, José Ramón Enríquez Herrera, para explicarle la problemática por la que atraviesan. ?Tenemos el problema de ir reubicando los servicios como Imagenología que lo tenemos contemplado en el sótano, todo lo que es laboratorio tanto clínico como de Microbiología... y de igual forma si ya tenemos Terapia Intensiva ponerle más camas y poner Terapia Intermedia, ése es un punto importante, sobre todo cuando sea de especialidades?, indica.
Balderas Martínez señala que laboran con la mitad del espacio requerido para atender a los pacientes cuyo estado de salud es crítico; por lo tanto, hacen una valoración minuciosa de los enfermos para diagnosticar cuál de ellos requiere terapia intensiva. ?La otra cosa que estamos haciendo también es apoyarnos con la unidad de cuidados coronarios; cuando Terapia Intensiva está completa subimos pacientes a esta unidad que también da apoyo?, manifiesta.
Traumatismos en general, intoxicaciones severas, choques hipobolémicos, toxemias del embarazo, son algunas de las causas por las que los duranguenses requieren esta clase de servicios.
Tema aparte, hace algunos días, Enríquez Herrera dio a conocer que en el Hospital General carecen de un especialista en los males propios de los ancianos. Cuestionado al respecto, Balderas Martínez ratificó que representa el 30 por ciento de la atención médica brindada en el establecimiento sanitario.
?Efectivamente, no tenemos geriatra en este momento, pero esto se suple con todos los médicos que tenemos, los internistas, nefrólogos, cardiólogos y todas las subespecialidades; ponerlo como una prioridad no creo que en este momento lo sea?, comenta.
En la actualidad, la prioridad es la atención en el área de Gineco-Obstetricia y Pediatría, los cuales presentan una mayor demanda. ?En segundo lugar viene todo lo que es trauma y que obviamente engloba lo que es Neurocirugía, cirugía general, cirugía plástica y reconstructiva y todas estas subespecialidades. Pero, insisto, no es prioritario tener geriatra; si lo tenemos, pues qué bueno, porque daríamos sobre todo atención a este grupo de población?, finaliza.
ACCIÓN
El Hospital General implementará un programa para la captación de voluntarios que participen en la labor que desempeñará la Clínica del Dolor, que abrirá sus puertas en los próximos días. Las personas que así lo deseen servirán de apoyo a los pacientes que padecen alguna enfermedad terminal, con el objetivo de ayudarles en el mejoramiento de su calidad de vida.
De acuerdo con lo explicado por Alberto Balderas Martínez, director del citado sanatorio, los voluntarios deberán aprobar ciertos exámenes, ya que debido a la responsabilidad que adquirirán, deben gozar de una buena salud mental y cumplir con ciertos requisitos.
Se planea que cada voluntario visite al paciente una vez por semana pero no en las instalaciones del nosocomio, sino en el hogar del enfermo, de tal forma que le auxilie en el difícil trance de enfrentarse a la muerte.
