SUN-AEE
México, DF.- Hasta el sótano de Tower Records llegan los alaridos del público que espera el show case de Hanson. Isaac, Taylor y Zac comen algunos bocadillos y mientras esperan la hora de subir, platican de lo mucho que les gusta México ahora que están presentando su nuevo disco Underneath.
-Algunas fans se quedaron desde un día antes para tener un lugar en el mini concierto y algunas otras vienen siguiéndolos desde el aeropuerto, ¿qué les pueden decir?
Zac: -Es increíble pensar que alguien puede hacer todo eso para verte. Es una señal de que estás haciendo bien las cosas.
Isaac: -Nunca nos esperamos la recepción que tuvimos en el aeropuerto y lo único que podemos decir es que ellos son parte de todo esto, las fans son parte de Hanson.
-¿Por qué creen que los quieren tanto?
Isaac: -Espero que sea porque les gusta nuestra música... No creo que sea por nuestro físico.
Zac: -La verdad es que crecimos juntos; nuestra música estuvo presente en su vida y ellos han estado presentes en nuestra vida a través de los conciertos y cada vez que escuchan nuestros discos.
-¿Los niños Hanson son muy distintos a los Hanson de hoy?
Zac: -No lo creo, seguimos siendo tres hermanos que escriben música y tocan porque les gusta, que disfrutan cada vez que se suben a un escenario.
Isaac: -La única diferencia es que ahora somos más altos, ja, ja. No, en serio, creo que nuestra música sí ha evolucionado, es más profunda y hablamos de otras cosas pero seguimos siendo un grupo divertido al que le gusta tocar música. Ahora somos más libres, ya no tenemos un grupo de managers que nos dice todo el tiempo lo que tenemos que hacer.
-¿Es difícil estar todo el tiempo juntos, tanto en la casa como en las giras y el estudio?
Zac: -En realidad no estamos tanto tiempo juntos. Nos gustan cosas totalmente distintas y cada quien hace lo que quiere. Cuando llegamos a casa no tenemos la obligación de pasar tiempo juntos, pero cuando lo hacemos disfrutamos mucho.
-¿Qué pueden esperar las fans mexicanas en el futuro?
Zac: -El mismo cariño que ellas nos tienen.
Taylor: -Prometemos más canciones y conciertos.
-¿En algún momento han pensado en el retiro?
Taylor: -Claro que no. Esto apenas es el inicio de Hanson.
Provocan el delirio
Escurriendo sudor, 400 chavas (y dos chavos) le gritaban al grupo musical Hanson que los adoraban. Hasta adelante y apretada contra la valla, Araceli Tenorio intentaba mantener su cámara de video fija en el rostro de Taylor Hanson, quien nació a las 8:00 de la mañana y su color favorito es el amarillo, según Araceli.
Detrás de ella, el resto de los fans levantaban sus cámaras de foto, video y teléfonos celulares para que después pudieran comprobar y presumir que asistieron al showcase de Hanson en una tienda de discos.
El gesto suena vanidoso en quienes viven en la ciudad de México, pero una foto y un autógrafo era lo menos que esperaba Wendolyne Moino. Su madre, Marina Moino, pela los ojos y mueve la cabeza cuando explica que viven en Guatemala: ?Me hizo venir desde allá nada más para ver a Hanson. Llegamos en avión y luego así preguntando fuimos tomando el metro y el ¿pesero, le dicen? El chofer me dijo que me iban a multar porque me levanté a pagarle cuando estaba avanzando?.
Wendolyne trae un póster de Hanson que compró cuando tenían diez años. Su grito fue uno de los más agudos cuando el grupo estadounidense cantó If Only. Esa fue la tercera canción. Para entonces el éxtasis de las 400 chavas (y dos chavos) ya había vencido las vallas laterales, derribado los anaqueles e discos tropicales y desesperado a algunos guardias de seguridad de la tienda.
?Gracias por este recibimiento?, dijeron los Hanson. ?Zac, estas bien buenote?, gritó Lorena. ?Háganse para atrás?, decían los guardias.
El mismo Taylor tuvo que pedirles que se calmaran un poco para continuar el concierto. Diana Morales, con su letrero de ?I love you, Isac?, suplicaba que le hicieran caso a Taylor para que pudiera zafar su pecho de las vallas y respirar más tranquila. Después de cinco canciones, Hanson se despidió y los guardias se encargaron de organizar la firma de autógrafos.
Primero callaron a los fans, luego los sentaron y finalmente les pidieron que se fueran levantando una por una para que salieran a formarse afuera de la tienda.
Agotado por los 30 minutos de éxtasis, el público cumplió las instrucciones con docilidad. Hacia las 10:00 de la noche Hanson ya habían firmado los discos de las 400 chavas (y dos chavos) que seguro estarán el próximo martes en el concierto del Salón.