SUN-AEE
MÉXICO, DF.- El "gloom rock" regresó al Palacio de los Deportes con la presentación el jueves del grupo Interpol, quien cumplió a sus fans este concierto, pospuesto hace un mes.
Con esta banda neoyorquina se recordó a una camada de nuevos y viejos escuchas de este estilo y trajo a la memoria a grupos como Joy Division, The Cure, Bauhaus, Siouxsie and the Banshees, Systers of Mercy y The Smiths, entre otros que han hecho de la melancolía, la desolación y la tristeza un cómodo estado de ánimo.
Durante el segundo concierto en esta ciudad, que repusieron tras su cancelación en el WTC el pasado seis de septiembre, el grupo neoyorquino provocó que las casi 12 mil personas que asistieron deliraran con canciones que, en realidad, se transformaron en una única y larga rapsodia al sufrimiento humano.
Atrás quedó la espera y la incertidumbre del primer concierto, donde miles esperaron fuera del WTC para estar en primera fila, y también las dudas o temores sobre la seguridad. Aunque aquellos que compraron su boleto desde principios del mes se vieron hacinados en la primera sección, apartada para los fans de hueso colorado, quienes se mecieron al compás de las rolas, casi por inercia del movimiento de la gran masa humana.
Así, mientras Next Exit comenzó el periplo por emociones que fueron de la penumbra al deslumbramiento y de nuevo a la oscura y segura guarida del corazón, el público se dejó llevar poco a poco, a pesar de que por momentos algunos sencillamente miraron como hipnotizados, quizá pensativos, a Paul Bank cantar (con tufos de Ian Curtis), a Carlos D. rasgar su bajo de manera dramática, a Daniel Kessler lucir los riffs de su guitarra y a Sam Fogarino dejar caer su peso corporal y energía sobre la batería.
A lo largo de una hora con 20 minutos, en las que Banks agradeció en español una y otra vez los aplausos y gritos de euforia, el público coreó canciones como Narc, A Time to be so Small, Slow Hands, Not Even Jail, Leif Erikson, P.D.A., Stella was a Diver and she was Always Down y Roland, pero más aún hacer del Domo de Cobre una oda de rock.
