San Juan, (EFE).- Los residentes de varios municipios del suroeste de Puerto Rico, en especial en Lajas, se sienten furiosos y atemorizados por la presencia de un número considerable de monos (rhesus y patas) salvajes que pululan en la zona.
Una colonia de monos se estableció en 1938 en los islotes Cueva y Guayacán, a poca distancia de la costa suroeste de Puerto Rico, con el objetivo de realizar estudios de comportamiento y suplir primates para investigaciones biomédicas y anatómicas, proyecto administrado por la Universidad de Puerto Rico.
Muchos de ellos han nadado hasta las costas del suroeste de la isla, donde ahora aterrorizan a sus habitantes y saquean productos agrícolas.
También han provocado daños a los nidos de especies en peligro de extinción.
Sin embargo, los más iracundos son los agricultores, a quienes los primates hurtan todo tipo de frutas que cosechan en ese pueblo, especialmente melones, tamarindos y mangos.
"Los monos siguen multiplicándose, siguen proliferando, el país puede tener una invasión grande y no se ha hecho nada", aseguró el alcalde de Lajas, Marcos Irizarry Pagán.
Irizarry dijo que hay más de un millar de monos y se han visto en Guánica, San Germán, Cabo Rojo, Adjuntas y Lares.
La doctora Janis González, directora asociada del Centro Caribeño de Primates de la Universidad de Puerto Rico, sostiene que es una especulación decir que hay miles de monos en esos pueblos, porque según afirma, nadie en Puerto Rico ha hecho un censo desde 1995, cuando ella lo hizo.
González destacó que para esa época encontró 150 primates rhesus (macaca mulatta), y la misma cantidad de patas (Erythocebus patas).
El alcalde de Lajas espera reunirse con los secretarios de los departamentos de Agricultura, José Orlando Fabre, y de Recursos Naturales, Javier Vélez Arocho, para que establezcan un plan de trabajo enérgico para solucionar el problema.
