EFE
TEHERÁN, IRÁN.- El Gobierno iraní decidió ayer que se abra una investigación sobre el accidente ayer de un avión militar, después que los familiares de los 116 fallecidos denunciaran que los problemas técnicos del aparato eran conocidos.
?El Consejo de Ministros pidió a Ali Saidlu, consejero ejecutivo del presidente de Irán, que indague de forma rápida y minuciosa las causas del siniestro?, informó la agencia de noticias ISNA, la segunda del país.
La Comisión de Defensa del Parlamento también investigará, por su parte, cual fue la razón que provocó que la aeronave colisionara con un edificio de diez plantas al poco de despegar del aeropuerto de Mehrabad, en el este de Teherán.
Los investigadores, sin embargo, no lo tendrán fácil, ya que los aviones C-130 del Ejército iraní no están equipados con caja negra, el aparato que registra todos los incidentes del vuelo. Así, las principales fuentes serán el relato de la esposa de uno de los fallecidos y la versión de los testigos, quienes aseguraron que una de las alas del ?Hércules? estaba envuelta en humo y llamas instantes antes de estrellarse.
En el diario conservador ?Hamshari?, controlado por el Ayuntamiento de Teherán, se publicó ayer el desgarrador testimonio de la mujer de Mohamed Karabali, un periodista de la citada publicación que se hallaba a bordo. Según la esposa, su marido le telefoneó sobre las ocho de la mañana para informarle que el avión sufría un problema técnico y el vuelo se retrasaría al menos una hora.
?Karbalai llamó más tarde para decir que el Hércules iba a despegarse pese a que no se había arreglado la avería?, explicaba la publicación.
Otros testimonios de diferentes personas añaden más sombras al siniestro.
La prensa informó ayer que el piloto había solicitado en dos ocasiones permiso para realizar el aterrizaje de emergencia, pero que le fue negado debido a que el espacio aéreo del aeródromo estaba saturado.
Irán inauguró el pasado año un nuevo aeropuerto en Teherán debido al tráfico aéreo que soporta la ciudad. Otros testigos han señalado, por su parte, que un primer piloto no quiso ponerse a los mandos, y que fue sustituido por otro, extremo que nadie ha confirmado.
El fiscal general del Tribunal revolucionario de Teherán, Said Mortazavi, anunció ayer que investigará esta contingencia, pese a que hasta el momento no tiene ningún testimonio en firme.