Madrid, (EFE).- El acto de montar, independientemente de que haya o no inseminación, inhibe en los pollos salvajes la propensión de la gallina a juntarse con un nuevo gallo, es decir, que el primer macho que ha copulado con ella asegura su paternidad.
Esa es la principal tesis de un trabajo realizado por investigadores de las universidades inglesas de Oxford y Sheffield y la sueca de Estocolmo y que publica la revista Current Biology.
Las hembras de distintas especies copulan frecuentemente con diferentes machos dando lugar al fenómeno de la competición de esperma en busca del macho más fértil.
Algunas de estas cópulas se realizan sin salida de semen por lo que al macho le resulta problemático defender su paternidad ante la hembra que ha inseminado.
El estudio, dirigido por Tommaso Pizzari, demuestra que las cópulas realizadas sin semen o con muy poco semen, no son actos sin sentido, sino que pueden tener su importancia en la evolución animal al permitir al macho defender su paternidad.
Los investigadores sabían que los machos de algunas especies podían prevenir que sus hembras se apareasen con otros machos, aunque ningún estudio previo había demostrado que esto pudiera hacerse con los estímulos generados por la simple cópula.
Para realizar su trabajo, los investigadores han utilizado pollos salvajes por ser una especie sexualmente promiscua y han empleado una técnica que ha consistido en ajustar a algunas gallinas unos ligeros arneses de plástico cubriendo su zona sexual para evitar así su inseminación.
El estudio muestra como los gallos pueden defender su paternidad al reducir la promiscuidad de las gallinas que han inseminado y para conseguirlo lo que hacen frecuentemente es montar a las gallinas con las que previamente han copulado y sí han inseminado, pero esta vez sin expulsar semen.
