La Oficina Presupuestal del Congreso (OPC) en Estados Unidos es un organismo no partidista que se dedica a realizar análisis económico para los congresistas estadounidenses, y en fechas recientes ha emitido varios documentos en relación con las consecuencias económicas más probables de los huracanes Katrina y Rita sobre la economía de nuestros vecinos. Las conclusiones por ahora son tentativas, ya que se basan en la información disponible acerca de las pérdidas registradas en la región afectada y no se tiene aún una evaluación exhaustiva de los daños a las instalaciones energéticas y portuarias de la zona.
Por ahora, las consecuencias macroeconómicas parecen ser más modestas que las temidas originalmente, y el impacto sobre el crecimiento anual del Producto Interno Bruto será de un par de décimas este año para luego reponerse en la primera mitad de 2006, cuando se acelerará el proceso de reconstrucción de las zonas dañadas. Lo que más llama la atención, sin embargo, está relacionado con los trastornos en los precios de los energéticos ocasionados por los fenómenos meteorológicos y que de una u otra forma tienen repercusiones importantes sobre la economía mexicana. Considero conveniente, por tanto, comentar brevemente los mensajes principales de los reportes más recientes de la OPC sobre los precios y suministro de crudo y gas natural en los próximos meses.
La oferta de crudo, de derivados del petróleo en especial la gasolina, y del gas natural se restringió por los huracanes, con un daño más severo sobre la industria energética proveniente del huracán Rita. Los precios de la gasolina y del gas natural en Estados Unidos se elevaron inmediatamente como reflejo del trastorno en los gasoductos y en las actividades de refinación, pero los precios del crudo no se afectaron de manera significativa por la pérdida de producción debido a una menor demanda de las refinerías dañadas y a la venta de crudo por parte de la Reserva Estratégica de Estados Unidos y de la Agencia Internacional de Energía, así como por la mayor producción anunciada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
El reestablecimiento total de la producción de crudo en el golfo de México dependerá del alcance de los daños a las plataformas de producción y las tuberías submarinas, y la evaluación de los daños está lejos de completarse. Por ejemplo, cerca de 0.2 millones de barriles diarios de crudo todavía no están produciéndose debido a los daños que ocasionó el huracán Iván a las instalaciones petroleras hace un año. A principios de octubre alrededor del 90 por ciento de la producción de crudo en el Golfo de México estaba fuera de servicio debido a los daños causados a las plataformas y las tuberías que llevan esos productos a la costa. Al viernes de la semana pasada, todavía el 66 por ciento estaba fuera de servicio. Una plataforma de extracción de petróleo que representa el diez por ciento de la producción de la zona, sufrió daños suficientes para posponer su reapertura hasta comienzos del año próximo.
En el sector de refinación de petróleo, los daños ocasionaron la pérdida de tres millones de barriles diarios de capacidad de refinación, o cerca del 20 por ciento de la capacidad total de Estados Unidos, pero mucho de esa pérdida parece estar relacionada con inundaciones y faltas de corriente eléctrica. La pérdida de suministro de gasolina fue un problema casi exclusivo del Sureste y de la costa Este de Estados Unidos, debido al cierre de dos tuberías importantes, pero se resolvió relativamente pronto y los precios de la gasolina han disminuido algo desde entonces.
Los precios de la gasolina permanecerán relativamente altos durante la primera mitad del año próximo, porque no estarán listas todas las refinerías. Esto tendrá repercusiones sobre las compras que hace Petróleos Mexicanos (Pemex) de ese combustible, ya que ahora lo compra más caro pero lo sigue vendiendo con las pautas de alza fijadas antes de los huracanes. En la práctica, se importa más caro y se vende barato dentro del país, lo que no es una estrategia económica saludable.
Los daños más duraderos se espera sean en el precio del gas natural, que ha permanecido elevado y que es probable que se mantenga y hasta crezca algo más con la llegada del invierno. En la actualidad más del 50 por ciento de la producción de gas natural en el Golfo de México está fuera de operación. Los mayores precios del gas natural asociados a las tormentas estarán presentes por varios meses, hasta que se reparen por completo los daños a las plataformas marinas de extracción de gas, a los gasoductos, así como a las plantas de gas natural, las terminales de almacenamiento y la infraestructura para transportarlo.
Esta expectativa es, quizá, la que más relevancia tiene para nosotros, ya que el precio del gas natural en el país está vinculado a una referencia del Henry Hub en Houston, Texas. Los daños no se limitaron a la pérdida de producción en el Golfo de México, sino que también sufrieron daños las plantas tratadoras del gas natural y los gasoductos. La pérdida inicial equivalió al diez por ciento de la oferta estadounidense de gas.
Los precios al mayoreo del gas natural se incrementaron de alrededor de 9 dólares por millar de pie cúbico a cerca de 12 dólares después de Katrina. Y con el efecto de Rita se ubicaron alrededor de los trece dólares, donde se encuentran en la actualidad. Es muy probable que los precios del gas natural permanezcan en esos niveles récord durante el invierno y si la oferta no se restablece con mayor celeridad, los precios pueden elevarse aún más. Lo preocupante es que la evaluación de los daños en la región marina apenas comienza. En México debemos prepararnos, por consiguiente, para un invierno de gas natural costoso.