AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- El presidente de Estados Unidos (EU), George W. Bush, consideró ayer “irresponsable” lo que calificó de intentos por parte de la oposición demócrata de “reescribir” cómo empezó y se autorizó la guerra contra Irak.
En un discurso en Tobyhanna (Pensilvania) para conmemorar el Día de los Veteranos en EU, Bush aseguró que “lo que está en juego es demasiado, la seguridad nacional, demasiado importante para que los políticos lancen acusaciones falsas”.
El mandatario respondía así a las acusaciones, incrementadas en los últimos días entre legisladores demócratas, de que el Gobierno exageró las pruebas de que disponía sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak para justificar la invasión en marzo de 2003. Esas acusaciones “carecen de base”, señaló el gobernante en un discurso que marca el comienzo de una campaña para tratar de recuperar su credibilidad en Irak.
Las encuestas apuntan que la popularidad presidencial se encuentra en su momento más bajo, por debajo del 40 por ciento, y la mayoría de los estadounidenses pone en duda la integridad de Bush. En su discurso, el presidente recordó que la mayoría de los legisladores en el Congreso aprobaron el ir a la guerra contra el régimen de Saddam Hussein.
Apuntó que una comisión formada por representantes de los dos principales partidos, el Demócrata y el Republicano, no encontró ningún indicio de que el Gobierno hubiera manipulado las pruebas sobre la presencia de armas o hubiera presionado a los servicios secretos para que afirmaran que ese armamento existía.
Por otro lado, el Senado demandó al gobierno del presidente George W. Bush que le ofrezca al congreso detalles sobre las alegaciones de que la CIA llevaba presuntos terroristas de todo el mundo a una red de cárceles clandestinas. El Senado votó con una abrumadora mayoría de 82 votos a favor y nueve en contra, para requerir al director nacional de Inteligencia John Negroponte.