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PEKIN, CHINA.- China obtuvo ayer el respaldo de Japón y de Gran Bretaña a su cauteloso sistema de liberalización del yuan, en medio de los reclamos de Washington para que Pekín acelere la revaluación de su moneda con el fin de superar los desequilibrios económicos globales.
“Damos la bienvenida al progreso hacia la flexibilidad efectuado por China, y sabemos por el ministro que es la intención del gobierno de China moverse en esta dirección, en la que esperan seguir avanzando”, dijo el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown, en una conferencia de prensa ofrecida junto con su par chino Jin Renqing.
Durante el fin de semana, los ministros de Finanzas y los jefes de los bancos centrales del Grupo de los 20 (G20), integrado por países ricos y naciones en desarrollo, se reunirán cerca de Pekín para discutir sobre la economía mundial.
Uno de los temas centrales de la agenda será el tratamiento del peligro que implica el abultado déficit comercial estadounidense por un lado, y los superávit de los estados de Asia y de los exportadores de petróleo, por otro.
Los funcionarios británicos consideran que una persuasión más moderada probablemente tendría un mejor impacto en los políticos chinos que las agresivas demandas que realizan habitualmente los funcionarios y legisladores de Estados Unidos.
Por su parte, el director del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, quien también participa del encuentro del G20, dijo que China tenía que ir a su propio ritmo. “Lo fundamental es desregular, para aliviar el control de precios y para hacer más flexible el sistema monetario”, dijo Fukui.
“Estos cambios deben ser coordinados y conducidos de un modo en que se ajusten a la realidad de la sociedad china”, agregó el funcionario japonés.
El 21 de julio Pekín revaluó el yuan en un 2.1 por ciento y lo llevó a 8.11 unidades por dólar, abandonando un sistema de cambio fijo con la moneda estadounidense, que había estado vigente por 11 años, por uno de flotación administrada.
Desde entonces, el yuan sólo subió un 0.27 por ciento y alcanzó las 8.0885 unidades por dólar, aún cuando el sistema en teoría permite a la moneda china fluctuar hasta un 0.3 por ciento diario contra el billete verde.
“Hemos dado un importante paso y continuaremos moviéndonos hacia adelante paso a paso”, dijo Jin, quien el jueves insistió en que China dictará el ritmo de su reforma monetaria según los intereses nacionales.
“Esperamos tener un mecanismo de fluctuación administrado, basado en las fuerzas del mercado, y mantener el yuan fundamentalmente estable en un nivel racional y equilibrado”, agregó ante periodistas el ministro de Finanzas chino.
En tanto, el lento ritmo de la reforma china frustó las esperanzas del secretario del Tesoro norteamericano John Snow, quien instó a que siga avanzando con el ajuste monetario. “Estamos ansiosos por ver el valor real de la moneda mejor reflejado en el mercado”, dijo.
