?El mercado no es una invención del capitalismo. Ha existido por siglos. Es una invención de la civilización.?
Mijaíl Górbachev
El Gobierno de la República emitió el viernes pasado un decreto azucarero. Esta medida eliminará gradualmente la protección especial y los precios de garantía que hoy recibe la industria azucarera. Se trata de una excelente noticia para los consumidores mexicanos y para las industrias que utilizan el azúcar como materia prima. Pero constituye un golpe para las organizaciones políticas que durante décadas se han beneficiado del trato especial que se le ha dado al azúcar en nuestro país.
Es muy probable que estos grupos políticos, varios de ellos afiliados al PRI o simpatizantes del PRD, organicen acciones en contra del Gobierno por esta medida. Un día antes de que se publicara el nuevo decreto, después de que el periódico Reforma adelantó que se publicaría, un diputado de la priista Confederación Nacional Campesina, Cruz López, ya lanzaba una amenaza de violencia al secretario de agricultura, Javier Usabiaga: ?Que se acuerde cuando los cañeros inconformes levantaron el taxi en que se transportaba...?
La industria azucarera nacional ha sido rescatada de la crisis que enfrentó a principios del actual sexenio, pero no porque una reforma la haya hecho más eficiente y competitiva, sino por una serie de medidas de manipulación del mercado que elevaron el precio del azúcar en México a uno de los niveles más altos del mundo. Los consumidores han tenido que pagar el costo desembolsando más dinero por el azúcar que adquieren. Pero la industria ha sufrido también. Los productores mexicanos de dulces y chocolates han enfrentado enormes dificultades para competir con sus rivales internacionales debido a que tienen que pagar un precio más alto por el azúcar, uno de sus principales insumos.
Entre las medidas de manipulación del mercado que se han aplicado en nuestro país se incluye un impuesto proteccionista de 20 por ciento a los refrescos producidos con alta fructosa, el endulzante que ha reemplazado al azúcar en la mayoría de las aplicaciones líquidas en el mundo entero. Además, las puertas de nuestro país se han mantenido cerradas a la importación de azúcar con excepción de un breve periodo en 2004. En los últimos años, como consecuencia, el precio del azúcar en México ha promediado casi tres veces el nivel internacional.
El decreto del Gobierno de la República eliminará la garantía que los cañeros tienen para la venta de su cosecha. En la actualidad hay un precio de referencia y a los productores de azúcar se les garantiza un 57 por ciento de ese precio. Poco importan las circunstancias reales del mercado. El precio de referencia lo establece un Comité de la Agroindustria Azucarera. Así, el azúcar es el único producto en México cuyo precio sigue siendo fijado por burócratas en lugar de por el mercado.
La industria azucarera, por otra parte, es una de las pocas que sigue teniendo un ?contrato Ley? que se aplica por igual a todas las empresas del país, independientemente de su situación financiera. Esto despoja de flexibilidad a la industria y limita la competitividad de las empresas. Pero el decreto presidencial no elimina esta situación.
Los líderes azucareros están en pie de guerra para impedir que se quite a esta industria su trato preferencial. Por eso les recuerdan a los políticos las manifestaciones y los bloqueos de calles y carreteras que los cañeros montaron en 2001. Estas acciones pusieron de rodillas al Gobierno y llevaron a la expropiación de los ingenios y a la aplicación de las medidas de manipulación del mercado que han llevado a los actuales precios del azúcar.
El presidente Fox ha mostrado un gran valor al firmar el decreto que liberaliza el mercado del azúcar. La decisión puede llevar en las próximas semanas a un enfrentamiento con los grupos que se benefician del trato especial a este producto. Y como se está aplicando en un momento en que la batalla por la sucesión presidencial ya ha empezado, no hay duda de que el tema se politizará.
Sin embargo, el daño que le ha hecho al país la protección especial a la industria azucarera es enorme. No sólo se ha obligado a los consumidores a pagar un precio artificialmente alto, lo cual afecta especialmente a los pobres, sino que se ha dañado a todas las industrias que utilizan el azúcar como materia prima, con lo cual se ha impedido la creación de empleos con mayor valor agregado.
MASCULINO O FEMENINO
El término ?azúcar? es gramaticalmente ambiguo: puede ser masculino o femenino, pero no ambos. Es tan correcto decir ?el azúcar? como ?la azúcar?. Pero no, como hacemos los mexicanos, darle un artículo masculino y un adjetivo femenino, como en ?el azúcar morena?. Lo correcto sería ?el azúcar moreno? o ?la azúcar morena?.
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