“Libertad es el derecho a vivir sin hipocresía”.
José Martí
Benito Juárez es uno de esos personajes que nuestros políticos festejan pero no respetan.
Aprovechan su imagen y la celebran cada 21 de marzo. Le construyen monumentos y nombran un sinnúmero de calles en su honor. Pero cuando llega el momento de considerar realmente sus ideas las rechazan o las menosprecian.
Estos políticos quieren quedarse con el mito, con el pastorcillo indígena que tras perder una oveja se fue a la ciudad de Oaxaca e inició una carrera como abogado que lo llevaría a la Presidencia de la República. Pero se sienten incómodos con el liberal: con el estadista que representa una visión política distinta a la que ellos defienden.
El problema es que no podemos entender a Benito Juárez si no asumimos su carácter liberal. No podemos festejar su triunfo sobre los conservadores si al mismo tiempo rechazamos su liberalismo. No podemos decir cuánto lo admiramos si defendemos ideas que, aunque se presenten con disfraz de progresistas, son realmente conservadoras. No podemos colocar ofrendas florales en el hemiciclo a Juárez, en la avenida Juárez de la capital del país, si no creemos realmente en esa visión a la que el estadista oaxaqueño le dedicó toda su vida.
No debería sorprendernos que el liberal Juárez creyera firmemente en las libertades individuales. Su vida estuvo comprometida con la defensa de la libertad económica, la libertad política, la libertad de pensamiento y la libertad religiosa. Lo paradójico es que los actuales neoconservadores de la política mexicana, aquellos que se oponen a las políticas liberales que Juárez defendió, pretenden presentarse ante la sociedad como progresistas.
En la economía, para ser concretos, Juárez defendía la tesis del libre comercio y se oponía al proteccionismo que promovían los conservadores. No hay duda al respecto de cuál sería su posición en el debate sobre la apertura o el cierre de la economía mexicana. Sin embargo, los supuestos progresistas que festejan hoy su natalicio (¿alguien puede decirme por qué celebramos el nacimiento de todos los próceres pero el natalicio de Juárez?) protestan contra el comercio libre y exigen el establecimiento de nuevas medidas proteccionistas. En otras palabras, defienden las posiciones de los conservadores del siglo XIX.
También en política Juárez defendía la libertad, en contraste con los conservadores que buscaban mantener esquemas corporativistas similares a los que hoy defienden los supuestos progresistas que afirman ser herederos de la tradición liberal.
Juárez favorecía la igualdad jurídica de los indígenas con el resto de los mexicanos. Estaba convencido que la integración de éstos a la sociedad, como la que él mismo había logrado, era el camino para superar los rezagos económicos y sociales de las comunidades.
Rechazaba, en consecuencia, el imperio de los usos y costumbres. Pero los políticos que hoy fingen ser progresistas y le rinden tributo a Juárez enarbolan también la bandera de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, sin darse cuenta de la contradicción que esto implica.
Juárez defendía la propiedad privada como un instrumento fundamental para lograr el desarrollo económico y la prosperidad. De hecho, la desamortización de bienes de las corporaciones no afectaba únicamente a la Iglesia sino también a las comunidades indígenas. Esto significó que las tierras comunales -que los conservadores defendían- pasaron a ser propiedad privada y pudieron ser objeto de comercio. La creación del ejido, que vino después de la Revolución, fue una reforma conservadora.
Hay buenas razones para que Juárez ocupe un lugar privilegiado en el panteón de los héroes mexicanos. Fue un hombre que en lo personal debió vencer el racismo de la sociedad mexicana para alcanzar los cargos que tuvo. Enfrentó no sólo una férrea oposición conservadora, que se tradujo en una guerra civil que desgarró el país, sino una invasión extranjera que buscaba apoyar a los conservadores. Pese a ello llevó a cabo reformas de fondo que trataron de colocar al país sobre una base más sólida de desarrollo.
Pero quizá lo más importante, lo que molesta más a quienes quieren conservar sólo al Juárez del mito y no al de las ideas, es que fue un hombre que demostró que en México sí se puede defender con congruencia una ideología liberal.
INVERSIÓN MIXTA
Es positivo que Cuauhtémoc Cárdenas haya respaldado una propuesta para permitir la inversión privada en ciertos rubros de Pemex. Su propio padre, el general Lázaro Cárdenas, expropió la industria petrolera, pero en 1939 promulgó una Ley que permitía los contratos con empresas privadas. Lo que debemos hacer los mexicanos es fortalecer nuestra industria petrolera sin preocuparnos tanto del carácter público o privado de los inversionistas.
Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com