?No pueden ustedes curar el cáncer con una mayoría de votos. Necesitan un remedio?.
Winston Churchill
La buena es que el Gobierno de la República finalmente se ha dado cuenta de que el alza en los precios de los energéticos afecta de manera negativa a nuestra economía. La mala es que en medio de unas cuantas medidas para atacar el fondo del problema -que es la falta de producción suficiente en nuestro país- el Gobierno no ha encontrado mejor solución que regresar a los viejos instrumentos del populismo y del control de precios.
El presidente Vicente Fox anunció ayer una política energética abiertamente electorera que lo único que busca es ocultar el problema de aquí a los comicios de 2006. Veamos las medidas una por una:
1. Reducir al mínimo posible el precio del gas natural. Ésta es una medida populista. El Gobierno está prometiendo vender el gas a un precio de 7.65 dólares por millón de BTUs (un BTU, abreviatura de British Thermal Unit, equivale a 251.9 calorías o mil 055 joules) cuando el precio internacional está por arriba de los 11 dólares. Esto significa que Pemex estará comprando gas para revenderlo con una pérdida de más de 30 por ciento. El Gobierno así usará el dinero de los contribuyentes para subsidiar a algunas de las principales empresas industriales de nuestro país.
2. Las tarifas de electricidad no aumentarán más de cuatro por ciento al año. Ésta es también una medida populista. El precio de la electricidad depende en buena medida del precio del gas, que está en ascenso. Lo que propone el presidente Fox, en lugar de promover una mayor y más eficiente producción de electricidad, es un simple control de precios.
3. Establecer un aumento máximo de cuatro por ciento al año al gas LP (o propano). Otra medida populista que no toma en cuenta los costos reales de este gas.
4. Apoyo de 28 por ciento al precio del gas natural para consumo doméstico. Otro subsidio populista.
5. Iniciativa de reformas constitucionales para promover la inversión privada en la producción de gas natural. Ésta es la primera de las medidas que busca atacar el fondo del problema al promover una mayor inversión y, por lo tanto, una mayor producción de gas natural.
6. Reforma a la Ley reglamentaria del Artículo 27 de la Constitución para permitir la inversión privada en infraestructura de ductos de gas natural con el fin de reducir los accidentes que se han sufrido en instalaciones de Pemex. Esta medida, también, promueve una solución verdadera a un problema urgente.
7. Diversificar las fuentes de suministro de gas natural. Ésta es una medida adecuada pero que no se podrá aplicar si no se elimina la resistencia de grupos supuestamente ecologistas a la construcción de plantas gasificadoras.
8. Apoyos energéticos a pequeñas y medianas empresas. Nuevamente, un subsidio populista.
9. Ampliar las fuentes de energía renovable, como las plantas eólicas de La Venta I, ya en funcionamiento, y La Venta II, que apenas empieza a construirse. Esta medida es correcta, pero hay que entender que pasarán décadas antes de que las fuentes alternativas de energía reemplacen a las tradicionales.
10. Crear una comisión especial de expertos que analice soluciones. Esta medida puede ser correcta, pero depende de quiénes sean los ?expertos? elegidos. Si son académicos populistas, de esos que pululan en nuestras universidades e insisten en ampliar los subsidios y en impedir las soluciones de fondo, no lograremos nada.
Lo triste de este programa del presidente Fox es que las medidas populistas, las que implican controles de precios y tienen un tinte claramente electorero, son las que más fácilmente serán aceptadas por nuestra clase política. En cambio, las soluciones de fondo, las que permitirían una mayor inversión pública y privada y ampliarían la producción energética, serán, sin duda, las rechazadas por los legisladores del PRI y del PRD, quienes han bloqueado todo esfuerzo por hacer reformas estructurales en el sector energético. A final de cuentas los mexicanos terminaremos con todas las medidas populistas y con ninguna de las que promueven la inversión. Ése es el grado de perversión al que ha llegado nuestro sistema político.
NIÑOS HÉROES
Siete cadetes murieron en la defensa de Chapultepec entre el 11 y el 13 de septiembre de 1847, pero no sabemos cómo murieron ni conocemos sus rostros. Las historias que nos han contado son simplemente un mito, mientras que los rostros de las estampitas son reconstrucciones a base de descripciones posteriores. Un niño héroe que no murió pero que sí combatió con valor a los estadounidenses fue Miguel Miramón, pero como después fue presidente de un Gobierno conservador que se oponía al del liberal Benito Juárez la historia oficial ha preferido olvidarlo.
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