“Escoge batallas
suficientemente grandes
para que importen pero
suficientemente pequeñas
para ganar”.
Jonathan Kozol
Una encuesta del Reforma ha colocado a Felipe Calderón en un virtual empate técnico con Andrés Manuel López Obrador, quien desde hace mucho tiempo ha sido el puntero en la batalla por la Presidencia de la República. Han comenzado ya los ataques al diario de la misma gente que apuntaba a sus encuestas como prueba de la ventaja del perredista. Pero si bien el estudio del Reforma es el primero que coloca al candidato del PAN en un virtual empate con el perredista, otros sondeos han estado mostrando ya desde hace semanas el fortalecimiento de Calderón.
La encuesta del Reforma, hecha en viviendas a nivel nacional, sigue colocando a López Obrador en primer lugar con el 29 por ciento de las preferencias electorales. Ahí no radica la sorpresa, sino en el hecho de que Calderón, que venía de un distante tercer lugar, se encuentra ya a sólo un punto de distancia con el 28 por ciento de las preferencias. Dados los márgenes de error de estas encuestas estaríamos hablando de un empate técnico.
Roberto Madrazo del PRI, mientras tanto, ha caído al tercer lugar con el 21 por ciento de los posibles votos. Bernardo de la Garza del Partido Verde ha logrado un sorprendente siete por ciento para colocarse cómodamente en el cuarto lugar. Patricia Mercado de Alternativa y Jorge Castañeda obtienen uno por ciento cada uno.
La encuesta de Reforma no elimina a los indecisos como lo hacen otros estudios. Su muestra arroja que el 13 por ciento de la población no ha tomado una decisión sobre su voto. Si se elimina este porcentaje, López Obrador tendría el 34 por ciento de las preferencias, Calderón el 33 y Madrazo el 24.
Una encuesta de Consulta Mitofsky dada a conocer la semana pasada mostraba a López Obrador adelante con el 35 por ciento de las preferencias y a Madrazo detrás con el 30 por ciento, una vez eliminados los indecisos. Calderón estaba en tercer puesto con el 29 por ciento, pero mostraba ya una clara tendencia al alza. Mientras tanto, López Obrado caía y Madrazo se mantenía estable.
Suponiendo que las encuestas sean homologables, y que permitan por lo tanto una comparación, parecería confirmarse que Calderón está subiendo en las preferencias de los mexicanos. Ésto no debe sorprender. El proceso interno panista le dio a Calderón una visibilidad pública de la que carecía con anterioridad. Por otra parte, la manera en que vino de atrás para derrotar a Santiago Creel, a quien se veía como el candidato del presidente Vicente Fox, le dio también una gran popularidad.
El repunte es también una lógica consecuencia del fin de las elecciones internas del PAN. Ya los panistas no están dividiendo su voto entre varios aspirantes a la Presidencia. Ayuda también el hecho de que los otros precandidatos del partido hayan acordado respaldar a Calderón. Esto hace que el voto duro del PAN, que se calcula usualmente entre el 25 y el 30 por ciento del total, se esté concentrando en un solo candidato.
Ningún partido tiene ni el voto duro ni la estructura del PRI. Ese voto duro priista fluctúa entre 30 y 35 por ciento. El partido lo ha demostrado al ganar la mayoría de los comicios estatales en los últimos años, independientemente de su derrota en la elección presidencial de 2000.
Pero el PRI ha tenido el proceso interno más conflictivo de todos. La confrontación entre el Tucom y Roberto Madrazo empezó a erosionar la imagen del partido. La renuncia de Arturo Montiel, en medio de acusaciones de enriquecimiento ilícito de él y de su familia, lejos de fortalecer a Madrazo arrastró a todo el partido. Finalmente, la agria disputa entre Madrazo y Elba Esther Gordillo ha afectado todavía más al PRI. De alguna manera es sorprendente que las preferencias por el candidato priista no hayan caído más tras un proceso tan abrupto.
Andrés Manuel López Obrador ha sido el puntero en la carrera presidencial desde los tiempos en que él mismo decía que lo dieran por muerto para el proceso. El PRD es, entre los tres principales partidos nacionales, el que menos voto duro tiene: apenas entre 16 y 20 por ciento. Pero López Obrador ha logrado por su atractivo personal generar preferencias electorales muy superiores a las de su partido.
En los últimos meses Andrés Manuel ha dejado de gozar de la atención de los medios de comunicación que le daban sus conferencias mañaneras. Tampoco tiene ya el respaldo que le daban las campañas de publicidad del Gobierno del Distrito Federal. Por otra parte, es el único precandidato que no enfrentó una contienda interna, lo cual disminuyó la atención que recibía. López Obrador, finalmente, no ha comprado tiempos de publicidad como los precandidatos de los demás partidos. Quizá eso explique su estancamiento en las encuestas.
La contienda, sin embargo, apenas está empezando y será tan cerrada que lo más probable es que se defina en las últimas semanas de junio. En esta larga carrera, llegar como número uno a Navidad no significa nada.
AUGE BURSÁTIL
La Bolsa Mexicana de Valores celebra hoy su XVI Convención Anual con un gran optimismo. Sólo ayer el índice de precios subió dos por ciento. En el año el mercado ha dado un rendimiento nominal de 30 por ciento. El temor, sin embargo, es que las elecciones del año que viene puedan llevar a un ajuste. El “factor López Obrador” puede convertirse en la excusa.
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