“El lenguaje político... está
diseñado para hacer que las mentiras suenen veraces
y el homicidio respetable”.
George Orwell
Como parte del precio para comprar la alianza con el Partido Verde, el PRI apoyó la semana pasada uno de los múltiples albazos legislativos que hemos tenido en los últimos días. Se trató de una serie de modificaciones en las Leyes de salud y de propiedad industrial cuyo propósito principal es favorecer a los fabricantes de medicamentos genéricos y similares y, por ende, a Víctor González Torres, el doctor Simi, tío del presidente del partido, Jorge Emilio González.
Una iniciativa parecida ya había sido discutida y rechazada estrechamente por el Congreso en el pasado. Ahora, sin embargo, la aprobación estaba asegurada en la Cámara de Diputados por el acuerdo de alianza entre el PRI y el Partido Verde, el cual aseguró el voto a favor de los diputados priistas.
La industria farmacéutica que sí realiza investigación y desarrollo de productos, ésa a la que se mantuvo aparte de la negociación para el albazo, ha protestado por la aprobación de la Ley y la peleará en el Senado. Sin embargo, los senadores del PRI seguramente estarán sujetos a la misma presión que los diputados para garantizar el cumplimiento del acuerdo con el PVEM que incluía la aprobación de esta iniciativa.
El paquete legislativo aprobado incluye modificaciones a la Ley de Salud y a la de Propiedad Industrial. El propósito es favorecer a los medicamentos genéricos o similares limitando los derechos de propiedad de las patentes, interviniendo en el mercado y ordenando a las instituciones de salud el favorecer a los genéricos.
Concretamente, el paquete legislativo incluye una disposición que le daría al Consejo General de Salud la posibilidad de suspender la aplicación de la patente de un medicamento cuando se produzca una situación de “desabasto”. El consejo permitiría entonces que el medicamento fuera copiado y producido por otros laboratorios.
Otra medida limitaría el aumento de los precios en el cuadro básico de los medicamentos a la tasa general de inflación, sin tomar en cuenta las condiciones de mercado.
Otra más promueve el uso de genéricos intercambiables, en lugar de medicamentos de patente por parte de las instituciones de salud del Gobierno Federal, las entidades federativas y el Distrito Federal.
Las medidas son exactamente las que ha venido promoviendo Víctor González Torres, el “doctor Simi”, dueño de los Laboratorios Best y las Farmacias Similares, y que explican en buena medida la campaña que éste ha hecho como candidato sin partido a la Presidencia de la República. Gónzález Torres es hermano de Jorge González Torres, fundador del Partido Verde, y tío de Jorge Emilio González, presidente del partido. Aunque los funcionarios del Verde han afirmado en varias ocasiones que el parentesco no influye sobre las decisiones partidarias, aquí hay un ejemplo abierto de legislación hecha para favorecer el negocio de Víctor González Torres. Hay quienes hablan del doctor Simi como el tío incómodo de Jorge Emilio González y quienes responden que, por el contrario, Jorge Emilio es el sobrino incómodo de González Torres.
Hay buenas razones para oponerse a esas medidas. Si bien la limitación de los derechos de propiedad industrial en un momento de desabasto puede ser razonable con el actual Consejo General de Salud, el cual hasta ahora ha mostrado que entiende la necesidad de preservar el sistema de patentes que hace posible la investigación médica en el mundo, existe el riesgo de que un consejo futuro utilice este poder simplemente para eliminar la validez de las patentes médicas en nuestro país.
Aplicar a los medicamentos más importantes un esquema de control de precios, que siempre ha demostrado ser la mejor manera de provocar desabastos artificiales de algún producto, revela un desconocimiento total de cómo funcionan los mercados y de sus beneficios.
La promoción de los genéricos en lugar de los medicamentos de patente en las instituciones de salud ayudará sin duda a los laboratorios del tío Simi, pero despoja a los pacientes de esas instituciones del derecho que tienen a ser tratados con los mejores medicamentos que pueda haber disponibles.
Mucho hincapié hizo Bernardo de la Garza que renunciaba a su candidatura presidencial con el Partido Verde a cambio de que se hicieran reformas importantes para el país. Ésta en particular, sin embargo, es exactamente el tipo de enmienda regresiva que perjudica en el largo plazo a los mexicanos. Los diputados del PRI y del PVEM están tratando de regresar a nuestro país a los tiempos de José López Portillo y Luis Echeverría, cuando el Gobierno era un interventor constante en la economía con resultados que terminaron siendo desastrosos para todos.
GUADALUPANOS
Los mexicanos no son precisamente cristianos o católicos sino guadalupanos. Esta afirmación se ha vuelto un lugar común, pero no por eso deja de tener algo de razón. Muchos mexicanos prefieren rezarle a la Virgen de Guadalupe antes que a Dios porque intuyen a Dios como una figura fría y distante y a la Virgen como materna y cercana. El culto a la Virgen tiene raíces en los antiguos ritos paganos prehispánicos y facilitó la conversión de los mexicanos al cristianismo, pero revela los problemas de los mexicanos para aceptar una religión realmente monoteísta.
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