“La nación que posee más escuelas posee el futuro”.
Otto von Bismarck
Una de las demandas de los líderes de la Sección Siete de Chiapas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y por la cual ésta se encuentra en un paro ilegal desde principios de mayo, es que el Gobierno del Estado debe ayudar a los dirigentes sindicales a mantener un esquema de evasión fiscal. Ante la negativa del gobernador del estado, Pablo Salazar, de participar en este fraude, los líderes de la Sección Siete y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación lo han llamado autoritario y fascista.
Se ha hecho común que durante cada mes de mayo los maestros de Chiapas organicen manifestaciones para obtener concesiones especiales del Gobierno Estatal. Las administraciones priistas anteriores, siempre dispuestas a llegar a acuerdos con grupos de presión política, aceptaban cualquier demanda para evitarse problemas. El costo simplemente se lo endosaban a los contribuyentes.
Una de las demandas que en años anteriores se le hicieron al Gobierno de Chiapas era que las retenciones del Impuesto Sobre la Renta de los maestros se entregaran al sindicato en vez de a la Secretaría de Hacienda. Este esquema, que no sólo era evasión fiscal sino una apropiación indebida del dinero de los maestros, fue aceptado por un Gobierno priista para evitar movilizaciones en su contra.
Cuando las actuales autoridades tomaron el poder se dieron cuenta de la irregularidad del procedimiento. Hicieron una consulta a la Secretaría de Hacienda, la cual, previsiblemente, respondió que el proceso era ilegal. El gobernador Salazar ordenó, pues, que se suspendiera el esquema y el dinero retenido por el Impuesto Sobre la Renta de los maestros empezó a entregarse nuevamente a Hacienda.
Hoy los líderes de la Sección Siete exigen que el Gobierno de Salazar les reintegre esa “conquista laboral”. El propio gobernador Salazar señala que en el tiempo en que los dirigentes sindicales gozaron de este ilegal desvío fiscal recibieron alrededor de 400 millones de pesos. Añade que los líderes nunca dieron cuentas de cómo utilizaron este dinero.
No sorprende así que el movimiento de paro en Chiapas esté tan bien financiado, ni que sea tan importante para los líderes doblegar al “intransigente” gobernador Salazar.
Durante demasiado tiempo los políticos y los líderes sindicales mexicanos han defendido supuestas posiciones de izquierda que no son, como en este caso, mas que esquemas de corrupción o búsquedas de tratos preferenciales, cuando en un Estado de Derecho el Gobierno tiene obligación de aplicar a todos las mismas reglas. La verdadera izquierda, sin embargo, es completamente distinta: se preocupa por paliar el sufrimiento de los más pobres y de dar mayores oportunidades de avance a quienes menos tienen. Basta ver lo que han hecho los Gobierno de izquierda en España y en Chile, con la aplicación de políticas de mercado en la inversión y de apoyo social en el gasto público, para entender que las estrategias progresistas no tienen nada que ver con el corporativismo y el favoritismo que con tanto ahínco buscan los líderes mexicanos.
En su conflicto con la Sección Siete y la CNTE, Pablo Salazar está asumiendo una posición realmente valiente. El que haya sido electo por una coalición de partidos encabezada por el PRD, no significa que deba aceptar los esquemas de corrupción que han prohijado estas organizaciones sindicales tantas veces apoyadas por los perredistas.
Hace bien Salazar, de hecho, en exigir que los maestros cumplan con su trabajo, puesto que ésta es la única manera de dar mayores oportunidades a los niños de escuelas públicas. Debe aplaudirse así su decisión de descontar los sueldos de los maestros que no se presentan a trabajar o incluso de levantar actas de abandono de empleo. Estas son medidas legítimas para defender los derechos de los niños de Chiapas.
El PRD nacional, que le ha dado la espalda al gobernador para mantener su alianza con la Sección Siete y con la CNTE, está cometiendo un grave error. Un verdadero partido de izquierda debe luchar por los intereses del pueblo, pero el movimiento parista de Chiapas no tiene nada que ver con esos intereses. Por el contrario, lo que están buscando los líderes es seguir gozando de un trato especial que los ha llevado a apropiarse del dinero de los impuestos de los trabajadores ante la connivencia de anteriores gobiernos estatales.
¿COMBATIR LA EVASIÓN?
Si la Secretaría de Hacienda quiere realmente combatir la evasión fiscal, ahí hay un caso muy claro. ¿En qué usaron el impuesto retenido a los maestros de Chiapas los líderes de la Sección Siete? Si no lo ingresaron al erario, estaban cometiendo un fraude fiscal. Si se nos exige al resto de los mexicanos pagar impuestos, Hacienda no puede desentenderse de este caso.
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