CRÓNICA URBANA
POR
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Jorge Padilla tiene 29 años y de momento, atiende un restaurante en el centro del municipio. Al preguntarle sobre su oficio, dice que es ?metodista, porque le meto de todo: albañilería, escolta, policía, salvavidas, he andado en todas partes?.
Dice que ha desempeñado muchas actividades de riesgo, pero también agradables. Recuerda que siendo policía en Gómez Palacio participó en diversos operativos peligrosos. De algunos todavía quedan vestigios, como la marca del balazo que recibió en el codo derecho, cuando fue herido por uno de sus mismos compañeros en una balacera.
?Era un día tranquilo y se supone que no tendríamos detenciones, sólo estábamos como presencia policiaca, en eso pasa una pecera llena de malandros que se iban drogando?, manifiesta, ?tuvimos que regresarnos a detenerlos y se hicieron los golpes, hubo caídos y a un compañero dio un tiro que me quedó a mí?.
Entre los empleos que ha desempeñado, Jorge ha sido salvavidas en la deportiva, albañil, repartidor de lonches, de pizza, y policía, siendo este último el trabajo que más le llenaba, pero que abandonó por el riesgo que ello implicaba, una vez que se convirtió en hombre de familia.
Aunque cuenta que hubo diversas situaciones chuscas, la mayoría de las veces los resultados eran muy satisfactorios a nivel personal, como cuando un joven cayó en un canal de Lerdo con todo y vehículo, y tras toda una movilización, fue rescatado.
?Como había tomado un curso de rescate acuático fui?, refiere Jorge, ?lo esperamos en el lienzo charro, los polis hicimos una cadena con las manos pero no alcanzaba a agarrarse y nadé hasta agarrarlo?.
La corriente era tan fuerte que se llevó a ambos, pero en cuanto logró estabilizarse, tomó al joven y los dos tuvieron que ser rescatados por el resto de los agentes.
De momento, se encarga de un restaurante-bar en el centro de Torreón. Admite que es un trabajo un tanto tranquilo a los empleos anteriores, pero la emoción no ha salido del todo en su vida, pues diariamente es sorprendido por su niña de cuatro años, que orgulloso dice: ?es muy viva?.