En este espacio di cauce a una opinión ya muy esparcida, que obviamente comparto, sobre la necesidad de llamar a cuentas a los últimos cuatro ex presidentes de México De la Madrid, Salinas, Zedillo y Fox por haber destruido a Pemex.
Y el veto de Fox a la indispensable reforma fiscal de la paraestatal prueba su empecinamiento en arruinarla y ceder el petróleo al Gran Capital, de preferencia a compañías como Halliburton del clan Bush-Cheney. Por otra parte, esta semana me llegaron denuncias de personal interno de Pemex referentes a la gran cantidad de panistas que ha infiltrado a la empresa al amparo de Fox.
Hubo alguien que asegura que los panistas “tienen secuestrada a Pemex”.
Y siguen entrando nuevos empleados con pocas calificaciones, pero buenos sueldos. Los informantes afirman que detrás de los accidentes (algunos mortales) fugas, contaminaciones, daños patrimoniales y errores hoy existe un supervisor o (ir)responsable que no tiene los conocimientos técnicos o administrativos para realizar las funciones de su actividad , pero sí “la gran cualidad” de pertenecer a Acción Nacional.
Además hay panistas descaradamente haciendo campañas políticas con dinero petrolero, como el secretario de Energía, Fernando Elizondo.
En Monterrey, los panistas utilizan las oficinas de Pemex en el piso 19 de las “Torres Moradas”, como casas de campaña para su citado, candidato a senador. Dejará la Secretaría de Energía para continuar chupando del Presupuesto, y como cualquier priista, para eso utiliza los recursos públicos. Sus partidarios, dicen, están pasando “la charola” entre otros a los empresarios gasolineros, a quienes obligan a utilizar servicios específicos de empresas o personas, como tercerías y notarios públicos.
Otro caso de escándalo es Verónica Sada Pérez, quien hasta mayo pasado, encabezaba la secretaría de promoción política de la mujer del CEN del PAN y pasó al Consejo Nacional en busca de una diputación plurinominal. Pero de repente, a partir de junio resultó la nueva subgerente de ventas de Pemex Refinación, con un salario de 75 mil pesos mensuales en Monterrey. No tiene experiencia petrolera, pero eso sí, muchos cuates a los que da chamba.
Más de 15 nuevos funcionarios entre ex trabajadores del Sistema de Salud, Seguridad Pública, Centros de Readaptación Social del Estado de Nuevo León han entrado a Pemex en el último mes en su zona. Son médicos o policías y otros no tienen titulo alguno.
Pero ni siquiera se encuentran en las áreas en las que fueron contratados. Se les ve en la sede del PAN en horas de oficina. Son ex funcionarios del anterior Gobierno estatal panista, que incrementaron en 35 por ciento la cuota de empleados de la subgerencia comercial de la Región Norte.
La contratación de este nuevo personal no cuenta con la autorización de la SHCP, ni del Consejo de Administración de Pemex. Se da en base a una propuesta del licenciado Juan Agustín López Huesca, gerente de Ventas de Estaciones de Servicio con oficio no. PXR-SC-0434/2005 del 16 de junio del 2005. Está involucrado en un fraude por más de 200 millones de pesos contra Pemex Petroquímica, cuando era jefe de la unidad jurídica de ese organismo, junto a José Cesar Nava Vázquez ex abogado general de Pemex, ex asesor Jurídico de la Secretaría de Energía, ex diputado del PAN y yerno de la senadora panista Cecilia Romero.
Este fraude cuenta con la complicidad de funcionarios de Coatzacoalcos. López Huesca, se ostenta como licenciado sin tener el titulo y enfrenta una denuncia al respecto ante el órgano interno de control de Pemex Petroquímica. Cabe aclarar que aparte del tráfico de influencias, muchos panistas son sólo “aviadores”.
En lugar de presentarse a trabajar en Pemex en diferentes lugares asignados, hacen proselitismo en favor del PAN en Monterrey ¡Bonita familia del Yunque!
Fox ha vendido nuestro petróleo a Dick Cheney por lo que merece un juicio, pero la “PRI-vatización” que le permite en Pemex a Acción Nacional merece otro.
USA, POTENCIA
SUBDESARROLLADA
“Bangla Desh y Guatemala, dijo un comentarista de la BBC, están mejor preparados para enfrentar un desastre natural y para auxiliar a su población, que el país más poderoso de la Tierra”. Grotesca la nula de preparación, pero peores las razones. Bush contó con la más alta tecnología, con miles de millones y gran entusiasmo cuando se trató de su guerra familiar para arrasar brutalmente a un Irak inerme, tras diez años del embargo que le inventó su padre.
Pero es torpe, sin recursos, indiferente, lento e incompetente cuando hay que salvar a Nueva Orleans, puerto vital para el país para el transporte de las ricas cosechas sureñas, y de alta prioridad para el petróleo de la nación todopoderosa, sin olvidar que Nueva Orleans fue una ciudad culturalmente invaluable, cuna de la música moderna, creada por negros estadounidenses como esos que hemos visto empantanados en su terrible inundación y abandono, pero también en su palpable miseria.
Mientras Katrina destruía al puerto, George W. Bush echaba uno de sus discursos propios de un retrasado mental, en Denver, Colorado.
Comparaba su guerra de Irak con la II Guerra Mundial y a él mismo con Franklyn D. Roosevelt. Para esa inicua guerra de Irak, el presidente de USA robó, no hay otra palabra, el 44 por ciento del presupuesto destinado al Control de Inundaciones de Nueva Orleans, aunque era frecuentemente avisado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército que un huracán en la región podría ser una catástrofe peor que las Torres Gemelas.
Ahora, dentro de su tendencia a las comparaciones idiotas, Bush equipara al huracán Katrina con la bomba de Hiroshima hace 60 años que fue “el gran genocidio americano”, decidido por el presidente Harry Truman, no un fenómeno natural.
Además los efectos de Hiroshima durarán más de 100 años pues la bomba cumplió el sueño nazi, modificó la genética de cientos de miles de japoneses que hoy todavía procrean seres “especiales”.
En cuanto clasismo y racismo que niega furiosa Condoleeza, ya se vio que los abandonados en Nueva Orleans fueron negros pobres. La estrategia bushista de nombrar a uno que otro negro en un puesto importante, o la Ley según la cual en las películas debe haber un personaje negro en un papel relevante, para que no vuelva a pronunciarse el nombre de Martin Luther King, no engañan a nadie.
¿Por qué el mundo tiene que soportar a un Bush? ¿Cuánto más va aguantarle México a un Fox?
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