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LONDRES, INGLATERRA.- El príncipe Carlos de Gales defendió ayer la decisión de su madre, la reina Isabel II, de estar ausente en su enlace civil con Camilla Parker Bowles, ante la insistencia de la prensa local en calificar el hecho como un desaire y una humillación.
La aclaración de Carlos llegó tras estallar la bomba al conocerse la ausencia de su madre en el enlace civil, y el cambio de escenario de éste del exclusivo castillo de Windsor al municipio de Ghidhall, convirtiéndolo en un evento abierto al público.
?La ceremonia siempre estuvo destinada a ser de bajo perfil?, aclaró la Casa Clarence, residencia oficial del heredero al trono, al explicar que la reina había decidido estar ausente para respetar los deseos de Carlos y Camilla de mantener el evento de esa manera.
Sin embargo, la explicación del príncipe de Gales, que apoya la que presentó su madre la víspera, fue descalificada por la prensa local, en especial al conocerse que también estará ausente el príncipe Felipe y duque de Edimburgo, padre de Carlos.
Los hermanos de Carlos, los príncipes Andrés y Eduardo, así como la princesa Ana, tampoco estarán presentes en la boda civil, aunque al igual que sus padres, sí estarán en la bendición que tendrá lugar más tarde en la Capilla de Saint George del Castillo de Windsor.
Por si fuera poco, Carlos de Gales tampoco irá acompañado de sus padrinos al matrimonio civil, tal como es la tradición de los herederos al trono, y deberá conformarse con la compañía de sus dos hijos, los príncipes William y Harry.
Una fuente cercana a la familia real aseguró al tabloide local The Sun que la verdadera razón que llevó a la reina a estar ausente en la boda civil fue el tremendo enojo que pasó, al enterarse que ésta tendría que celebrarse en Ghidhall a la vista de todos los curiosos.
La sede de lo que prometía ser un privado y real matrimonio civil en el Castillo de Windsor debió cambiarse debido a que ésta jurisdicción carece de carácter legal para tal hecho, y otorgárselo le habría permitido quedar abierta a enlaces públicos por tres años.
Sin padrinos
Carlos de Inglaterra no tendrá un padrino en la boda con Camilla Parker Bowles, informó un portavoz de Clarence House, residencia londinense del heredero a la corona británica.
Bajo las estrictas leyes reales, cualquier miembro de la realeza británica que pretenda casarse debe estar acompañado por un padrino y madrina de boda.
La prensa británica había especulado que los príncipes William y Harry serían los padrinos.
?Definitivamente no habrá padrinos. Esta unión no será de ese tipo?, agregó el vocero.
Cuando en 1981 Carlos se casó con la princesa Diana, en la catedral de St. Pauls en Londres, eligió como padrinos de boda a sus dos hermanos, los príncipes Andrés y Eduardo.
Un desaire
La decisión de Isabel II de no asistir a la boda de su hijo el príncipe de Gales con Camilla Parker Bowles es uno más de los desencuentros entre la reina y su primogénito y una manifestación de la falta de sintonía con su futura nuera.
-Por más que fuentes del palacio de Buckingham se apresuraron anoche, al anunciar la noticia, a negar que se tratara de un desaire al heredero del trono británico, la justificación dada -la reina quiere respetar el carácter íntimo de la ceremonia civil-, es interpretada en ese sentido por toda la prensa.
-Sobre todo, dado que también estarán ausentes de esa boda civil -que se celebrará el ocho de abril- el padre de Carlos, el príncipe Felipe, y sus hermanos Andrés, Eduardo y la princesa Ana.
-Tan sólo sus hijos Guillermo y Enrique acompañarán al príncipe de Gales al Ayuntamiento de Windsor. También estarán presentes los dos hijos del anterior matrimonio de Camilla, Tom y Laura, además de los testigos.
-Fuentes de la Casa Real insisten en que la reina, igual que los otros miembros de la familia, asistirán en cambio a la bendición, posterior al matrimonio civil, de la pareja por el arzobispo de Canterbury, que tendrá lugar en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor.
-Según personas próximas a la reina, Isabel II está profundamente disgustada con la precipitación del príncipe y los continuos desatinos cometidos por sus asesores en la preparación de la boda con la que ha sido su amante durante más de 30 años y a la que se culpa del fracaso del matrimonio de Carlos con Diana de Gales, fallecida en agosto de 1997 en un accidente de tráfico en París.
-La boda debía haberse celebrado en el castillo de Windsor, pero alguien llamó la atención sobre el hecho de que para ello hacía falta un licencia, que habría abierto las puertas para la celebración en ese mismo recinto de otros matrimonios civiles durante tres años, a lo que no estaba dispuesta la reina.
FUENTE: EFE
