Agencias
LOS ÁNGELES, EU.- Reconocido entre sus compañeros por la actitud introvertida, silenciosa y tímida que suele tener la mayor parte del tiempo, Keanu Reeves no parece estar muy interesado en cambiar dicha percepción.
Hace unos días, por ejemplo, cuando acudió al bulevar Hollywood a recibir su estrella en el Paseo de la Fama, permaneció tranquilo y callado, lanzando discretas sonrisas y saludos a los centenares de personas que lo aclamaban como uno de sus actores favoritos.
Algo similar ocurrió durante las entrevistas que tuvo la semana pasada con la prensa para hablar sobre su participación en el filme Constantine. Respondió a cada una de las preguntas de forma precisa y directa, sin agregar explicaciones fuera de contexto.
Muy diferente a las otras películas que protagonizó Reeves en años anteriores, Constantine narra una sugestiva y original historia que se desarrolla en Los Ángeles y que tiene como figura central a un individuo llamado John Constantine. Se trata de alguien dueño de una singular habilidad que le permite ver y estar en contacto con otros niveles de realidad ajenos al mundo accesible al resto de los seres humanos.
Es en esa ?otra dimensión?, habitada por ángeles y demonios en perpetua lucha por conquistar las almas humanas, donde John Constantine debe resolver los dilemas que le plantea la posibilidad de terminar su vida en el cielo o en el infierno.
Atraído por el personaje
?No creo que haya muchas cosas en común entre esta cinta y la trilogía The Matrix. En lo único que encuentro cierto parecido es en ciertas ideas y conceptos filosóficos que se manejan tanto en aquella serie como en esta película, explicó Reeves al comienzo de la charla.
?Por otra parte, siento que entre Neo (su personaje en The Matrix) y John Constantine hay diferencias fundamentales. Neo, por ejemplo, es manejado por fuerzas externas a él que lo obligan a elegir su destino, mientras que Constantine es un individuo que posee una absoluta claridad mental sobre lo que desea hacer con su atribulada y compleja existencia?. Reeves quería hacer esta aclaración porque, según él, hay quien piensa que tomó el rol protagonista en este filme porque se trataba de una variación de lo que ya había hecho en The Matrix, una opinión totalmente equivocada.
?Simplemente me sentí atraído por la actitud que tiene John Constantine hacia el mundo que le rodea, y no por otra cosa?, dijo el actor nacido en la ciudad de Toronto, Canadá. ?Él es un personaje cínico y pesimista al que no le interesa convertirse en héroe. Y por eso mismo es que se lo ve todo el tiempo caminando por la delgada línea que hay entre la vida y la muerte?.
Reeves está convencido de que el día que la gente vea Constantine comprenderá cuáles fueron los motivos por los que quiso hacer esta película.
?Mi decisión no estuvo basada en una razón económica?, quiso aclarar. ?Preferí este proyecto sobre otros más lucrativos porque había en él ciertos enigmas religiosos que me interesaba explorar. Uno de ellos, quizá el más importante de todos, es la posible existencia del cielo y el infierno en la Tierra?.
Aseguró que después de terminar el rodaje de Constantine ha continuado meditando sobre tan complejo tema, pero confiesa que no ha podido llegar a ninguna conclusión interesante.
?A lo mejor nunca voy a poder hacerlo?, manifestó, sin mencionar que muy pocas mentes se han dedicado a pensar sobre tan espinoso tema y nadie jamás se aventuró siquiera a resolver si una conclusión es al menos posible.