Este fruto seco es un gran aporte de proteínas, fibra y vitaminas.
La almendra es un fruto seco muy recurrido para condimentar algunos platos y para aportar proteínas y grasas muy saludables para nuestro organismo.
Las almendras están exentas de grasas saturadas en un 93%.
En realidad las almendras tienen casi el mismo perfil de grasa que el aceite de oliva, siempre recomendado por los expertos de la salud como una de las mejores grasas para protejerse contra la cardiopatía.
Esto hae que las almendras sean el alimento ideal para el consumidor de nuestros días, interesado en mantener su salud. Las almendras tienen un bajo contenido de humedad, y eso las convierte en alimentos ricos en nutrientes.
Además suele emplearse en el cuidado del cabello y pestañas.
De olor y consistencia ligeras, la almendra es útil para todos los tipos de piel, particularmente para aquellas secas, sensibles, inflamadas o prematuramente envejecidas.
Cada 30 gramos de almendras proporcionan 10% de la ingesta diaria de proteínas recomendada y más de un tercio de la necesidad diaria de vitamina E de un adulto.
Al igual que el resto de los frutos secos, las almendras tienen un alto contenido de grasas de origen vegetal, el 50% de su peso corresponde a grasas, sin embargo este contenido es algo menor que en el resto de los frutos secos. Las grasas contenidas son monoinsaturadas, con un efecto positivo sobre la reducción del colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Origen
El cultivo de las almendras tiene su origen en Oriente Próximo, donde los griegos ya apreciaban las excelentes cualidades de este fruto seco. Posteriormente, los romanos extendieron su cultivo a España, desde donde llegaría hasta América.
Las almendras son muy valiosas por su aporte de energía (574,63 calorías por 100 gramos), principalmente a expensas de grasas insaturadas (53,5 gramos por cada 100 gramos ), ya que su contenido de hidratos de carbono es muy bajo (tan solo 3,5 g por cada 100 gramos de avellanas).
Así mismo aportan proteínas vegetales (20 gramos por cada 100 gramos), fibra, vitaminas (entre las que destacan la vitamina B1 o tiamina, B2 o riboflavina, B3, B9 y E) y minerales tales como el potasio, el magnesio, el calcio y el hierro (aunque de peor absorción que los de origen animal), el fósforo y el cinc. ¡Pon almendras en tu mesa esta Navidad!
En la mesa
Gastronómicamente es uno de los frutos secos más importantes por su sabor, aroma y posibilidades de elaboración (pastelería, preparados alimenticios y múltiples recetas de cocina). Las almendras se pueden comer solas, en forma de postres o incluso en polvo o picadas sobre algunos platos tanto fríos como calientes.
REPOSTERÍA
Con las almendras se pueden elaborar deliciosos platillos.
Biscotti de almendras y anís
Tiempo de preparación: Más de 60 minutos.
Ingredientes: Convierte las medidas
3 ¼ de taza de harina.
1 cucharada de polvo de hornear.
1/3 de cucharadita de sal.
1 ½ taza de azúcar.
10 cucharadas de mantequilla sin sal derretida.
3 huevos grandes.
1 cucharada de extracto de vainilla.
2 cucharaditas de semilla de anís molida.
1 taza de almendras enteras tostadas y picaditas.
1 clara de huevo grande.
Preparación:
Coloca la parrilla del horno en el centro del horno a 350ºF. Alínea una bandeja para hornear con papel encerado. Cierne la harina, el polvo de hornear y la sal en un tazón mediano. Mezcla el azúcar, la mantequilla derretida, los 3 huevos, el extracto de vainilla y la semilla de anís en un tazón grande. Añade la mezcla de harina a la del huevo y revuelve con una cucharada de madera hasta que se incorporen bien los ingredientes. Agrega las almendras.
Divide la masa a la mitad. Cubre tus manos de harina y forma cada mitad de masa en troncos de 13 ½ pulgadas de largo y 2 ½ pulgadas de ancho. Transfiere ambos troncos a la bandeja preparada, con espacio entre ellos. Bate la clara de huevo en un tazón pequeño hasta que empiece a espumar y unta con una brocha a los troncos de masa.
Hornea los troncos hasta que estén dorados, unos 30 minutos. Déjalos que enfriar por completo, unos 25 minutos. Mantén el horno a la misma temperatura. Transfiere los troncos a una superficie de trabajo, desechando el papel encerado. Con un cuchillo de sierra, corta los troncos diagonalmente en rebanadas de ½ pulgada de ancho. Acomoda las rebanadas, con la parte cortada boca abajo, en la misma bandeja de hornear. Hornea por 12 minutos. Vira los biscottis y hornea hasta que empiecen a coger color, unos 8 minutos. Déjalos enfriar.