De nada sirve que haya una caseta policiaca en el lugar; llegan tarde o no acuden a emergencias
La falta de vigilancia en la calle Baca Ortiz, a la altura de Francisco I. Madero y Pasteur, ha provocado que ese sitio se convierta en una verdadero nido de ratas, de drogadictos y borrachos, que afectan a los establecimientos que se ubican en esta zona, aseguraron los comerciantes y transeúntes que pasan por ahí para abordar el transporte de ruta.
En relación con las constantes quejas que se han presentado ante este medio de comunicación, en cuanto a que la seguridad en ese sector de la Zona Centro se ha visto rebasada por la delincuencia, El Siglo de Durango realizó un recorrido por los diferentes comercios que se sitúan en la calle Baca Ortiz, entrevistando tanto a propietarios, empleados y gente que acostumbra comprar en esas tiendas, recibiendo la inconformidad de la mayoría de las personas por la abundancia de borrachos, drogadictos y ladrones que merodean constantemente esa área.
?Se sientan en la entrada de la tienda completamente borrachos, no dejan pasar a la gente y además le faltan al respeto y hasta manosean a las mujeres?, comentó el propietario de un comercio.
?Hay como cuatro ?carteristas? que esperan a que se amontone la gente cuando van a subir al camión y las roban o cuando están comprando hacen como que también van a adquirir algún producto y les sacan el dinero de sus bolsas?, aseguraron las empleadas de otro establecimiento.
Las quejas coinciden en la mayoría de la gente, diciendo que casi no circula la patrulla por ahí y que en ocasiones pasa y ve a los drogadictos sentados en la banqueta y ni siquiera se paran; señalaron que ?no sirve de nada que en el ex Cuartel y en la Plazuela haya policías, pues de todos modos se producen pleitos y no llegan o vienen cuando ya se acabó todo?.
En las tiendas que tienen puerta por dos lados, se presentan los ladrones cuando hay mucha gente y roban mercancía; una de las señoras propietarias de una tienda dice que los ha sorprendido en el momento en que están sustrayendo cosas y llama a la policía, pero le dicen que se presente en la Procuraduría para que ponga una denuncia; sin embargo, la comerciante ya no va, pues en la ocasión que sí acudió, para otro día el delincuente ya le estaba haciendo lo mismo.
La queja es en contra de la Policía que no vigila, pero también debe haber alguien que controle las cantinas que hay en este lugar, una en el segundo piso y otras dos que, al parecer, son loncherías o fondas, pero venden pura cerveza y un billar en donde se reúnen todos los delincuentes, indicaron los encargados de los establecimientos afectados.
Todas estas anomalías se producen durante todo el día, a plena luz del sol, y nadie hace nada, y por las noches también se suscitan escándalos, quiebran botellas, se orinan en las puertas de los comercios y en ocasiones han intentado forzar las chapas de los locales.
Los drogadictos mantienen su vicio robándoles a los transeúntes, a veces les piden dinero y cuando no les quieren dar los amenazan y los golpean.
Además, a una cuadra está la escuela primaria, pasan señoras con niños y no es posible que sean testigos o víctimas de estos actos de vandalismo, recalcaron los entrevistados.
Sin control la calle Baca Ortiz
Se presentan de todo tipo de faltas a la moral y nadie hace nada
Robo de mercancía.
Robo de carteras.
Se drogan en la calle.
Escandalizan en estado de ebriedad.
Provocan riñas.
Le faltan al respeto a la gente.
Hacen sus necesidades en la vía pública.
Impiden la entrada a los clientes de los comercios.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.