Quito (EFE).- Envuelto en leyendas, el volcán Pichincha, conocido como "montaña de fuego", ha dejado de ser el impetuoso y temido vigilante de la capital de Ecuador para convertirse en un sitio privilegiado para apreciar la "Carita de Dios": Quito.
Aunque hay dudas etimológicas sobre su nombre, Vladimir Serrano, asesor del Ayuntamiento de Quito, dijo a EFE que al Pichincha, con sus dos cumbres, el Guagua (niño en quichua) y el Rucu (viejo), se lo conoce como "montaña de fuego" y ha dado más de un susto a los habitantes de la capital del país.
La erupción más "trágica" del Pichincha, agregó, ocurrió en 1660 con tres días de oscuridad y la más "simpática" en 1999, cuando un gigantesco hongo de ceniza y vapor sorprendió a los 1,5 millones de habitantes de la capital que, durante varias semanas, compartieron su rutina con el gris material volcánico.
El volcán, carcomido en varias partes por el avance del urbanismo, desde mayo dejará de ser para muchos un simple referente geográfico para convertirse en un centro de atracción turística.
Y es que el día 24 se prevé la inauguración del centro turístico "Cruz Loma", que incluye un teleférico de 2,5 kilómetros de doble vía, que comienza a 2.950 metros de altitud sobre el nivel del mar y llega hasta los cuatro mil 053 metros, en la cima de un monte que forma parte del edificio volcánico del Pichincha.
Catorce torres sostienen los cables de los que penden 18 cabinas con capacidad para seis personas cada una, lo que permite trasladar hasta 600 pasajeros por hora.
Tras subir durante unos diez minutos, los visitantes se encuentran en la cima del Rucu Pichincha, con unas instalaciones comerciales en las que se venderán artesanías y que también cuentan con un restaurante.
En la zona todavía están en la fase final de construcción centros de información sobre deportes de aventura, que se desarrollarán en una segunda etapa del proyecto.
El teleférico se encuentra en un complejo turístico que tiene dos mil 300 plazas de estacionamiento y el primer parque de atracciones del país, con 26 instalaciones diferentes.
En el lugar también se construye un aviario, un centro comercial con 42 locales, un parque de diversiones bajo techo y está por concluir un complejo con 22 restaurantes.
El proyecto, que comenzó a construirse hace dos años y medio, está a cargo de la empresa Proestatus, que cuenta con capital ecuatoriano, colombiano, español, argentino y uruguayo, entre otros, y pasará a manos del Ayuntamiento en 25 años.
"La inversión total al final del proyecto oscilará entre 25 y 30 millones de dólares", informó a EFE Esteban Celi, presidente del proyecto turístico que tiene a sus pies a Quito, conocida como la "Carita de Dios" por su belleza arquitectónica que mezcla lo colonial con lo moderno a 2.850 metros de altitud.
Herida por los cortes para elevar el teleférico, la montaña parece introducirse en el cielo y ya en las alturas, a merced de los caprichos del clima, el visitante se pierde en una espesa neblina que no permite apreciar el resto de atractivos del complejo turístico: opciones para deportes de aventura.
El centro turístico se levanta en la zona del "Rucu Pichincha", que es una barrera natural contra las erupciones del "Guagua" para el norte de Quito, pero eso no le libera de ser también una zona de riesgo en caso de terremotos o fuertes lluvias.
Serrano, miembro del Consejo metropolitano "Plan estratégico 25 años" para el desarrollo de Quito, recordó que ya desde el Pichincha han bajado toneladas de lodo a la ciudad, que han provocado destrozos en varias casas y calles del noroeste.
Pero Serrano confía en que la intervención a la montaña no afecte al ecosistema de la zona y más bien la situación mejore con el plan de reforestación y se afiancen los controles sobre la vegetación para mantener a la zona como una reserva natural.
Mientras, en palabras del alcalde, Paco Moncayo, los visitantes podrán deleitarse al ver desde las alturas un "sueño": "Esa pintura, esa obra de arte" que es Quito, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
