He oído dos relatos de lo que está pasando al interior del PRI, en lo que concierne al grupo disidente que agrupa a varios gobernadores, ex gobernadores, un senador y aparentemente a la dirigente de un poderoso sindicato. En una de esas versiones, un gobernador en funciones manifiesta que es hora de limar asperezas, en tanto el otro, al referirse a que el grupo se formó para elegir a un candidato, lo que era, dice, su razón de ser, eso se acabó, pues no podrán registrar a un candidato diverso. Lo que, agregó este último, poniendo en su voz un tono dramático, que existe la posibilidad que al contar los votos en los comicios constitucionales el partido, con Madrazo de candidato, quede en tercer lugar. Se refiere, sin duda, a una encuesta de preferencias electorales encargada por personas que militan en el bando de Andrés Manuel López Obrador, donde aparece él en primerísimo lugar en tanto arroja al candidato del PRI a un tercer sitio.
Esto lo están aprovechando parte de los que aún quedan como miembros activos del Tucom para gritar, que debe sustituirse a Roberto Madrazo porque no garantiza el triunfo. -La pregunta que se antoja es quién sí-. Lo cierto es que tuvieron su oportunidad y la desaprovecharon. El candidato surgido de sus filas tuvo que abandonar la carrera hacia la silla presidencial al revelarse que existen cosas no explicables por cuanto a cómo obtuvo su patrimonio familiar. Las normas internas cerraron el período de registro de precandidatos. A pesar de eso, siguen montados en su macho persistiendo en echar fuera al originario de Tabasco, por lo que ahora se agarran de un clavo ardiendo. Lo hacen después de manifestar que están sumamente preocupados por lo que le puede pasar al PRI. No se desnudan manifestando que lo real es que están perturbados por lo que pueda pasarle a su futuro. De salir electo su odiado enemigo piensan que quedarían en la más absoluta de las orfandades políticas.
En estos días hay ya quien quisiera subirse de inmediato al carro de Madrazo, olvidándose de rencores personales, pues su lucha es eminentemente política sin dobleces ni disimulos, pero es el caso que unos pocos de sus compañeros de aventura encabezan una férrea oposición prefiriendo que el PRI no regrese a Los Pinos, pues no tiene arreglo su desavenencia con el candidato o traen entre manos otros intereses en juego, obviamente ajenos a su partido, obligando a los demás con mentiras y artificios a permanecer en actitud cismática. Los que pueden acercarse no saben qué hacer pues hay la promesa de acomodarlos en un nuevo Gabinete, donde no figure Roberto. Han llegado a una desembocadura donde cantan las sirenas, ¡en ambas orillas!, que los vuelve locos y no los deja conciliar sus sueños de grandeza. Están sumamente desesperados, no hallan qué hacer, quisieran amarrarse al palo mayor tapando los oídos de sus compañeros con cera, como hizo el astuto Ulises, héroe del sitio de Troya en los cantos homéricos, para evadir a la hechicera Circe. En estos días semejan a ganado espantado que se arremolina en el potrero, empujándose unos a otros, cuando escuchan de cerca el aullar de lobos sedientos de sangre.
Estaban acostumbrados a menear el contenido de la olla. Antaño todo estaba diseñado para que no hubiera fallas subiéndose en un carrito que se movía sobre rieles con un destino preconcebido y sin sobresaltos. Hoy es distinto, caminan a ciegas avanzando por pasadizos desconocidos, estirando los brazos para guiarse en la oscuridad evitando obstáculos cuando sus manos advierten la dureza de lo que tienen por delante. Avanzan torpemente guiándose en veces por las voces que provienen de algún lado, sin darse cuenta que los que les llevan, desafiando las sombras que los rodean, son invidentes que carecen de ojos porque hace tiempo que se los arrancaron a sí mismos. No se advierte luminosidad que haga pensar que ahí terminan sus penalidades. Lo más grave es que no se han dado cuenta que la cerrazón no está en los ojos sino en los prejuicios.
