En algunas ocasiones se ha comentado en esta columna el gran impacto que tiene sobre la salud el seguir dieta de ayuno. La dieta máxima (consúltese libro llamado Ayuno, la dieta máxima) es esta dieta la más antigua conocida y quizá la única reconocida como infalible y sin efectos de rebote o regreso.
En tiempos remotos los egipcios, conocidos como el pueblo más sano de todos los tiempos, practicaban un ayuno de dos días por semana ingiriendo en esos dos días sólo agua. Esto les daba esbeltez, belleza, inmensa salud y, claro, longevidad.
En el libro que menciono se enumeran infinidad de técnicas para practicar el ayuno, que va desde 40 días de ayuno para gente enferma hasta sólo un día por semana. Nosotros podemos esperar bajar un kilo de grasa seguro por día de ayuno y éste nunca volverá, a menos que el abuso en la dieta normal sea inmenso. El ayuno es una dieta increíble de descanso corporal y mental, agudiza nuestros sentidos y estimula nuestra mente a tal grado que grandes maestros de la antigüedad se negaban a impartir sus conocimientos si su grupo de alumnos no practicaba cierto ayuno antes del curso.
Hoy en día una técnica de ayunar muy efectiva es el no cenar el domingo, no desayunar y no comer el lunes y cenar muy moderado este mismo día, esto de una manera inteligente elimina un día entero de comida a la semana, lo que se traduce en cuatro días al mes y en casi 50 días de ayuno al año; imagínese el potencial que tiene un ayuno sencillo de este tipo a lo largo de los años, es un esfuerzo mínimo e inteligente, sostenido de increíbles resultados, se lucha más contra los comentarios de la gente ignorante que contra la abstención de comida, pero qué satisfacción cosechar los increíbles resultados.
Hasta la próxima...
