La leche almendrada se obtiene moliendo almendras remojadas durante ocho horas y luego mezclándolas con agua. Se puede tomar sola o con miel de abeja. Tiene un agradable sabor, tomada con agua fría o al tiempo. A nivel cardiovascular nos beneficia cuando tenemos demasiado colesterol o triglicéridos.
Y en general, para aquellos que buscan un sustituto de los lácteos por estar convencidos de su perniciosa acción en el cuerpo humano.
En hospitales es muy útil, sobre todo para los postoperatorios, ya que la persona necesita alimentos que le nutran pero que sean de fácil digestión. La almendra es de los frutos secos más ricos en potasio, un ion indispensable por su papel en el cerebro, músculo, etcétera. Ideal también para evitar la hiponutrición de esos enfermos pues también es rica en fibra y remineralizante.
Al ser muy pobre en sodio y rica en potasio es muy adecuada para casos donde hay pérdida de potasio: diarreas, vómitos y tratamientos con diuréticos que eliminan potasio. Y para casos donde el sodio sea un problema: hipertensión arterial o bien en enfermedades donde se produce un aumento de líquido extracelular (edema) como cardiopatías, afecciones renales y cirrosis hepática.
En muchos casos de alergias alimentarias si sustituimos la leche de vaca por algún vegetal, como la de almendras, hay personas que notan una gran mejoría.
A nivel digestivo nos es de gran ayuda en casos de dispepsias gastrointestinales, gastritis y como regulador del peristaltismo intestinal.
Por su buena relación calcio-fósforo, es un alimento ideal para diversos grupos de población; por un lado, durante las etapas de crecimiento y adolescencia, donde ambos nutrientes juegan un papel esencial en la formación y remodelación del hueso; y por el otro, en mujeres gestantes o durante la lactación, pues podría cubrir en parte los requerimientos minerales; y en personas de edad avanzada, donde una dieta rica en calcio constituye una medida importante de prevención contra el desarrollo de la osteoporosis.
Tiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble, con lo cual protege la pared intestinal, sobre todo a nivel del colon, y regula la velocidad de absorción de azúcares y colesterol. En presencia de fibra, la velocidad de absorción de glucosa puede disminuir hasta en un 50 por ciento.
; este hecho constituye la base para su uso clínico en el tratamiento de la diabetes insulinodependiente tipo I y para el tipo II (insulino no dependientes).
La almendra es muy rica en ácido linoléico, que es precursor del ácido araquidónico y de las diferentes series de eicosanoides, tan importantes en el equilibrio tanto en tejidos como en órganos. Su déficit produce retraso en el crecimiento, enfermedades de la piel y alteraciones nerviosas.
También aporta mucho ácido oléico, que es el más apropiado para el mantenimiento de una adecuada proporción entre HDL y LDL.
Según el estudio realizado por el nutriólogo norteamericano Gary Fraser sobre una población de 34,000 personas sometidas a una dieta vegetariana baja en grasa, concluyó que las personas que comían más frutos secos padecían menos enfermedades cardiacas, y a nivel atlético, aquellos atletas que suplían su proteína animal con proteína derivada de frutos secos alcanzaban hasta un 30 por ciento más de masa muscular sólida y magra.
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