El mal se produce por el exceso de líquido cefalorraquídeo que comprime al cerebro del bebé durante el embarazo, y de no ser tratado a tiempo llega a ser causa de daños neurológicos, ceguera irreversible y hasta la muerte en poco tiempo.
Los médicos especializados en embarazos afirman que la prevención es la mejor manera de poner a salvo a un bebé de la peligrosa hidrocefalia. Señalan que es esencial planear un nacimiento que evite el sufrimiento fetal y el de la madre, así como que contemple proteger la vida de ambos.
Aseguran que un buen control prenatal permite detectar de forma oportuna la hidrocefalia en el bebé, que es un mal que se produce por el exceso de líquido cefalorraquídeo que comprime al cerebro, y de no ser tratado a tiempo llega a ser causa de daños neurológicos, ceguera irreversible y hasta la muerte en poco tiempo.
De acuerdo con especialistas del IMSS, la hidrocefalia puede ser congénita o desarrollarse por un tumor, infección o hemorragia que obstruya el sistema de drenaje por el que se elimina tres veces al día líquido cefalorraquídeo.
En el primer caso, lo más común es que se dé acompañada de malformaciones cardiacas, renales, gástricas, pulmonares o una mielomeningocele, es decir, falta de desarrollo de una o más vértebras de la columna, que implica parálisis de las extremidades inferiores.
"La colocación de una válvula para drenar el exceso del líquido es la alternativa inicial para reducir la posibilidad de un mayor daño cerebral", explica José de la Cruz Morales, especialista del servicio de Neurocirugía Pediátrica del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza.
En caso de que sea producida por tumor, infección o hemorragia, el tratamiento debe incluir la eliminación de estas causas. Advierte que una descompresión brusca del cerebro puede infartarlo y producir un coma permanente.
El cerebro, explica De la Cruz Morales, produce el líquido cefalorraquídeo, cuya función es transportar oxígeno, hormonas y neurotransmisores, así como eliminar los desechos del metabolismo cerebral. Sirve como amortiguador del órgano que "flota" y un daño cerebral que modifique su funcionamiento puede
tener un pronóstico fatal.
Los especialistas deben seguir el desarrollo del feto, pues cuando se da la hidrocefalia prenatal -debido a la flexibilidad del cráneo- el perímetro de la cabeza llega a medir hasta 50 centímetros, mientras que el de un bebé normal es de 34 centímetros en las niñas y de 35 en los niños, indica el experto del IMSS.
Por esta razón, explica, un feto con ese padecimiento tiene que nacer por cesárea, ya que no cabe por la vía vaginal y se pondría en riesgo la vida de la madre y del hijo. La supervisión médica es de gran valor, pues cuando un bebé nace sólo con hidrocefalia, sin ninguna otra alteración, tiene 50% de probabilidades de desarrollar un coeficiente intelectual normal, siempre y cuando se le atienda oportunamente.
Llama la atención que la hidrocefalia se puede desarrollar en cualquier etapa de la vida.
La causa más frecuente de esta enfermedad en el adulto (20 y 59 años) es la neurocisticercosis, quistes producidos por la larva de la tenia del cerdo, que se adquiere por consumir verduras regadas con aguas negras y alimentos contaminados con heces fecales.
