La decisión de la Conferencia del Episcopado Mexicano de abrir sus templos para impartir talleres de orientación al voto entre la comunidad católica, fue recibida con beneplácito por la clase política de La Laguna, sin embargo, advierten la necesidad de imparcialidad por parte de los sacerdotes.
Para Guillermo Anaya y Octaviano Rendón, alcaldes de Torreón y Gómez Palacio, respectivamente, la noticia es positiva, ya que el hecho de que se impartan talleres de promoción al voto debe ser una cultura de cualquier tipo de institución, siempre y cuando no se rebase esa delgada línea que llevaría a la promoción particular de un partido o proyecto.
El anuncio puede ser impactante para muchos que incluso, podrían evocar la imagen de Benito Juárez, sin embargo, el asunto no es del todo nuevo. Desde hace mucho tiempo la Iglesia cada domingo de elecciones hace un llamado en las misas para que la ciudadanía acuda a votar. Desde hace mucho tiempo los obispos se pronuncian a favor del “bien común” y realizan llamados a la clase política para una mejor administración de los recursos. Incluso, manifiestan sus posturas ante las propuestas de los diferentes partidos políticos.
En este contexto Víctor Alducin, presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), considera “peligroso” que se formen talleres para inducción del voto. Para el representante de los empresarios la postura del Clero de participar activamente en lo que ellos consideran orientación a los ciudadanos va contra la esencia de la Iglesia y su papel espiritual dentro del proceso de formación del hombre.
La advertencia del empresario no puede pasar desapercibida, sobre todo que en ocasiones la Iglesia Católica olvida su papel en el Estado Mexicano al adoptar posturas totalitarias como en el Distrito Federal donde hoy se debate el tema de la eutanasia. La contribución de la Iglesia como institución puede ser importante para la democracia, siempre y cuando se mantenga alejada de prejuicios, filias y fobias, y es aquí donde radica su reto.