Un desayuno rico es fuente de energía para cumplir con las tareas de una buena parte de la jornada diaria, pero debe ser muy nutritivo.
Es una costumbre muy arraigada, la recetan prácticamente todas las madres mexicanas, es su primera misión en las mañanas que sus hijos y esposos salgan de casa bien desayunados, que será el generador de la energía necesaria para mantener el organismo en buen nivel de acción. El cuerpo necesita combustible para aprender y trabajar, que en los niños significa jugar.
Apetitoso
Un asunto de gran importancia es variar el desayuno, para hacerlo apetitoso a toda la familia, para ello existen recetarios calificados que ayudan a prepararlo y hay que tener en cuenta que todo es parte de un proceso, pues cuando el pequeño comienza a ir al jardín de niños su actividad es intensa, pero su apetito disminuye, porque su crecimiento es más lento en comparación con el primer año de vida.
En esa etapa es importante centrarse en la formación de buenos hábitos de higiene, como lavarse las manos antes y después de ir al baño, cepillarse los dientes tras cada comida y el baño diario, así como la calidad de alimentos.
Especialistas en nutrición dicen que es importante que el niño tome por lo menos dos tazas de leche al día, desarrolle el gusto por las frutas y verduras, y por alimentos naturales. Recomiendan a las madres: "Dele pequeñas porciones de comida y se puede complementar con una porción de refrigerios entre comidas, pero nunca le dé golosinas que no lo nutren, no lo obligue a comer más de lo que él desee".
Cambios con la edad
A partir de los seis años comienza otra etapa -que termina alrededor de los 12- y se le conoce como infancia intermedia, son años de crecimiento en peso y estatura, relativamente lento.
De acuerdo con la Profeco: "Los niños escolares deben consumir la misma cantidad que proporcionalmente se le sirve a un adulto, sin embargo, los primeros años de esta etapa puede ser común que no terminen todo lo que se les sirve, no debe preocuparse, deje que ellos mismos regulen su apetito; en la medida que crezcan aumentará su actividad física y su apetito".
Hay que poner a su disposición desayuno, comida y cena y dos refrigerios, uno por la mañana y otro a media tarde. Un niño bien alimentado crece sanamente, su rendimiento es mayor así como sus probabilidades de éxito en sus ocupaciones, en cambio un niño mal alimentado tiene un crecimiento lento, desarrollo bajo y lento aprendizaje.
Habrá días en que chicos o grandes se levanten sin ánimo de comer nada y esto debe ser respetado, pero es bueno que se les proporcione una ración aunque sea mínima para mantener al cuerpo trabajando con un buen nivel de combustible.