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La letal fibrosis quística

SILVIA OJANGUREN

EL MAL HEREDITARIO ARRUINA LA VIDA DE QUIEN LO PADECE.

La fibrosis quística llega a dar diversos síntomas, como talla y peso más bajo de lo normal, frecuentes infecciones respiratorias, sinusitis y pólipos nasales

La mutación de un cromosoma es capaz de arruinar la vida de muchas maneras, una de ellas se da cuando provoca el ataque de la letal fibrosis quística, que debe ser diagnosticada lo antes posible para dar al paciente esperanzas de vida.

Se trata de un mal hereditario, un asunto delicado de salud pública, pues es el que causa mayor número de muertes entre infantes, pero si es diagnosticada y tratada en forma temprana, se puede brindar al paciente mejor calidad de vida y una existencia prolongada.

Síntomas

Su origen se encuentra en un cromosoma y, según expertos del IMSS, tiene más de 800 mutaciones. La fibrosis quística llega a dar diversos síntomas, como talla y peso más bajo de lo normal, frecuentes infecciones respiratorias, sinusitis y pólipos nasales, es decir, pequeños crecimientos en forma de saco de mucosa nasal inflamada.

Además, sus víctimas suelen sufrir diarrea crónica y evacuaciones con grasa, o incapacidad para evacuar, debido a taponamientos intestinales que provocan la inflamación del abdomen.

Se trata de una enfermedad muy peligrosa. Cerca del 80% de los fallecimientos derivados de la fibrosis quística se debe a infecciones en vías pulmonares.

El efecto principal de este padecimiento consiste en la alteración de los cloruros a nivel celular, lo cual ocasiona la acumulación de secreciones y moco a grado de que llegan a obstruir los pulmones y se presentan problemas de respiración, que afectan el ritmo cardiaco y provocan enfermedades gastrointestinales, por deficiencia en la producción de enzimas del páncreas.

ATENCION INMEDIATA

De acuerdo con el doctor Adán Ibarra Enríquez, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital General de Zona 26 del IMSS, no hay forma de evitar su aparición, porque se trata de un problema genético, pero es fundamental la atención que los padres pongan ante la presencia de su sintomatología, a fin de que la enfermedad no progrese demasiado rápido, y que, con el paso del tiempo, el organismo del niño no rechace el tratamiento.

Prevención

La única forma de prevenir esta enfermedad es detectar a tiempo si uno o ambos padres son portadores pasivos del gen dañado, por lo que no deben reproducirse.

Esto puede sospecharse si a algún familiar se le ha diagnosticado o ha existido alguna muerte infantil relacionada con los síntomas, señala el experto.

"Si los padres poseen dicho gen anormal, la posibilidad de que tengan un hijo con fibrosis quística es del 25%, o sea, uno de cada cuatro. Aclaró que al ser una enfermedad hereditaria tiene su grado de azar, por lo que es posible que sólo uno, ninguno o todos los hijos nazcan con ella", explica.

Ibarra indica que el tratamiento tiene como objetivo prolongar la vida del niño y requiere del trabajo de un grupo multidisciplinario (pediatras, neumólogos, especialistas en rehabilitación e inhaloterapia) y en especial de los padres, para que sean constantes en administrar los múltiples medicamentos.

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