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La manzana flechada/Las “vibras” del mercado de Sonora

Martha Chapa

Finalmente, tras un interesante y activo recorrido por el mágico y subyugante mercado de Sonora, se despide de nosotros “don Poncho”, un viejo y sabio carretillero que nos ayudó con su “diablito” a cargar y luego meter en el maletero del automóvil las compras de ese día: desde un metate de los meros buenos (pues según la persona que me lo vendió es de piedra negra volcánica y durará años y años y en una de esas incluso siglos) hasta una macetita en forma de rana, muy coqueta, con sus “flores de la alegría” (de ésas en que se introducen plantitas de sábila a las que se amarran moños rojos en sus puntas), que me aseguraron daría a mi vida todavía mejor suerte.

Quiero decirles que ese domingo viví una gran experiencia que vale la pena comentar, porque es fascinante recorrer los laberintos del mercado, entrar a la tierra de los amuletos y las “brujerías”, donde se hacen todo tipo de “milagros”, tanto en cuestiones de salud como de amor y dinero.

Así, en nuestro recorrido, del brazo de mi gran compañero, por estrechos pasillos, saturados de personas sin distingos de poder de compra (aunque algunos sólo van por curiosidad y otros por necesidad, a la búsqueda de la medicina natural que alivie sus males) presenciamos abundantes mercaderías, de todo tipo y para todos.

Por ejemplo, compré una veladora de chile para mi hermano Gerardo, especialista en esta solanácea con la cual fabrica salsas, aunque en esta ocasión se la regalé por otra razón, pues según afirman opera contra la envidia; es más, incluye una precisa instrucción que reproduzco fielmente: “si esta veladora se prende diariamente, sirve de protección contra malas voluntades, envidias y nocivas amistades. Y es brutalmente efectiva si oras así: “Dios mío, rechaza toda mala influencia y persona que intente hacerme algún mal, por tu infinita misericordia aleja de mí todo mal para vivir en armonía; y para que sea realmente efectivo. Se necesita rezar tres padres nuestros”.

Así que ya sabe lector querido, si tiene algún problemita o angustia no se le olvide prenderla. También encontramos puñales absolutamente barrocos “para cortar las envidias”; riestras de ajos que atraen los buenos negocios; esencias contra los enemigos, y por supuesto se anuncian “brujos” y “brujas” a grito abierto. Algunos se dicen verdaderamente profesionales y se presentan como doctores en la materia, prestos para hacer “amarres”, como también para deshacerlos, en caso de que se arrepintiera de su elección y no haya salido tan maravilloso el novio o novia que se imaginó.

Pero ahí no quedan las cosas, déjenme decirles que también hay santos de una variedad infinita. Yo confieso no ser tan conocedora, pero a través de mi madre tuve algún acercamiento a este tema, aun cuando ahí vi cosas que jamás había presenciado. Quiero decirles que observé desde lo más tradicional del santoral católico, como la Virgen de las Mercedes, que hasta el heterodoxo San Simón, con un cigarro en una mano y una botella de ron en la otra, quien se regeneró y dejó todos los vicios para pasarse al lado de “los buenos”.

Y tal como hemos leído en periódicos y también visto en la televisión, comprobamos que está muy de moda el rito a la Santa Muerte, y no faltan las efigies de este icono en todos los tamaños y materiales: chicas, grandes medianas, miniaturas, las que en sus manos detienen pebeteros y emanan fuertes inciensos, o apenas muestran sus ojos de calavera. Pero no solamente para estas ceremonias encuentra uno productos, sino también para el vudú y todo lo relacionado con esta magia antillana de insospechado arraigo nacional.

Y por supuesto no podía faltar el reino animal, donde convive una gallina de guinea con un cachorro de la raza french poodle, y de todas las que a usted se le antoje. También descubrí unos gallitos enanos que, según me dijeron, se llaman habaneros. En este lugar se ve de todo: palomas, gallinas, ratones, sapos, vampiros casi disecados -lo cual resulta verdaderamente espeluznante-.

Creo que en ningún otro país se puede vivir una experiencia como ésta, y eso que me precio de haber recorrido algo del mundo caminado con mis manzanas al hombro. Se las recomiendo. Les aseguro que no se arrepentirán y les pido que se acuerden que si tenemos muchos problemas, también nuestro país nos ofrece magia e imaginación por doquier. Buena suerte. Vayan, eso sí, con el dinero bien guardado, como lo hacen nuestras “marchantas”, que son tan sabias.

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enlachapa@prodigy.net.mx

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