El Foro Internacional “Microfinanzas y Desarrollo” realizado el pasado lunes 25 de abril en la Ciudad de México tomó el pulso de las microindustrias y los microcréditos en todo el mundo y discurrió cómo dotarlas de financiamientos adecuados. La reunión congregó a personalidades como Mohammad Yunus, fundador en Bangladesh del Banco Grameen, John Hatch, fundador de Finca Internacional, Nancy Barry Presidente del Banco Mundial de la Mujer y otros pioneros de las cajas de crédito.
Al inaugurar el evento el presidente Fox declaró que las microactividades son factor fundamental para el combate a la pobreza y pieza indispensable para el desarrollo. La Reina Sofía de España, invitada especial, se refirió al éxito que han tenido en su país los programas españoles de microahorros y créditos y al propósito de su Gobierno de colaborar para impulsarlos en otros. El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph E. Gonsálves, describió el papel central de la microeconomía en su planes de desarrollo. El secretario de Economía, Fernando Canales Clariond, anfitrión de la reunión, describió los trabajos que en México se realizan para apoyar y regularizar a millones de microempresarios.
En todo el mundo, las microindustrias son frecuentemente unipersonales o familiares. sin personalidad fiscal ni “perfil bancario” y son parte de la economía informal. Antes despreciada por su irregularidad, la economía informal ahora emerge como una de las soluciones al problema del desempleo masivo presente en casi todo el mundo.
Los números hablan. En América Latina, con una población de 526 millones, 122 millones de microempresarios aportan el 24 por ciento del PIB regional. 80 por ciento de las microempresas tienen 10 o menos trabajadores. La cartera de préstamos a microempresarios es de 1,600 millones de dólares con una recuperación de más de 98 por ciento. En la India el 93 por ciento de la fuerza de trabajo está en el sector informal que a su vez aporta el 40 por ciento del ahorro nacional y 60 por ciento de las exportaciones. Para China esta participación se acerca al 50 por ciento.
En México en 2002 había 3.4 millones de micro y pequeñas industrias registradas de las que el 60 por ciento se financiaron con ahorro personal. El peso de las operaciones de la economía informal es imponente. En cuatro años la administración de Vicente Fox ha otorgado microcréditos a 1.3 millones de familias. En lo que va de 2005, se han entregado microcréditos por 700,000 pesos.
En el Foro el sector financiero-empresarial dejó claro su deseo de conquistar el vasto mercado creciente de la economía informal que incluye las zonas rurales que son el 26 por ciento de la clientela potencial latinoamericana.
A diferencia de las empresas grandes, los microempresarios no suelen tener ni los conocimientos ni el aplomo para acercarse a un banco para pedir un préstamo. En México sólo el nueve por ciento de las microempresas obtuvieron crédito bancario en 2002 por lo que los bancos comerciales están abriendo oficinas ofreciendo nuevos servicios. Un banco mexicano ya abrió 40 sucursales especializadas y piensa en 200 más para atender esta clientela.
Las personalidades que llegaron al Foro de América Latina, Asia y Europa, fueron el principal centro de atracción. Sus experiencias describieron la creación de uniones y cooperativas de ahorro y crédito así como de fundaciones que han formado a cientos de miles de microempresarios ayudándolos a solucionar sus problemas organizativos. Relataron anécdotas sobre cómo han podido vencer resistencias culturales, institucionales y burocráticas, y la falta de reglamentaciones equitativas y ágiles.
En todas las exposiciones la indispensable función de la mujer fue subrayada. Sus cualidades administrativas y su claridad de metas hacen de ella el pilar de la economía informal. En América Latina 75 por ciento de las microempresas son de mujeres. En la India, la cooperativa SEWA con sus 718,000 mujeres, sostienen actividades sociales y producen artículos para la exportación.
El Foro enfatizó que el crédito de cualquier tipo proviene del ahorro. El ahorro se forma partiendo de las comunidades más pobres. Este ahorro se está acumulando a diario en millones de cajas de ahorro y crédito en todo el mundo que dan respaldo monetario y fortalecen el ánimo creativo de sus miembros. Las cuotas que se suman para hacer posible una inmensa gama de pequeñas actividades productivas. En todos los casos descritos en el Foro, las microactividades se echaron a andar gracias a un pequeño ahorro que sirvió de capital inicial.
El autofinanciamiento es uno de los principios básicos de las microempresas. El financiamiento externo, de necesitarse, es complementario.
Si bien es necesario que el crédito bancario fluya fácil y oportunamente a los productores pequeños no es correcto omitir que son las cajas y cooperativas de ahorro las que generan el primer eslabón de la cadena crediticia. Esta intencionada omisión deja viva la falsa impresión de que el financiamiento externo que ofrece el sistema bancario es indispensable.
Al dejar clara la forma en que debe resolverse el financiamiento de las microempresas, el Foro de Microcrédito para el Desarrollo fue un firme paso para, como lo dijera su organizadora la doctora Díaz Amador, fortalecer uno de los ejes imprescindibles del desarrollo mundial y desde luego, del de nuestro país.
México D.F., 2 demayo de 2005
juliofelipefaesler
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