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La migración continúa/Las laguneras opinan...

María Isabel Cobo Celada

Los medios nos informaron que Raúl Salinas de Gortari sale de la cárcel...

Se le otorgó un amparo definitivo que cancela la sentencia a la que fue condenado por el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu y sale bajo caución del presunto delito pendiente en juicio por enriquecimiento ilícito de cientos de millones de pesos, porque éste, si lo cometió, fue antes de 1995 y no estaba considerado como grave por las leyes mexicanas...

Un día antes igual, nos dijeron los medios de comunicación que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela, señaló que “no hay apellidos que estén excluidos de las garantías individuales”.

Este tipo de noticias de una impunidad absoluta, sobre todo en los actores de cuello blanco, aunadas al desorden que hay en el país y en nuestro estado en materia electoral, en el cual parece que todo se vale, sin reglas... tan sólo arrebatando; sin pudor... porque se han gastado y se gastan millones de pesos en el culto a la personalidad de los que pretenden ser nuestros gobernantes, millones de pesos que son recursos del Estado; todo ello nos lleva a pensar, que todo este dinero que por la corrupción se ha desviado de su verdadero destino, como es la educación, la salud, programas de vivienda, creación de empleos, ha provocado en gran medida, que cientos de mexicanos sigan saliendo del país diariamente hacia el país vecino, huyendo de la pobreza.

En su camino hacia la esperanza muchos de ellos están muriendo y los que llegan a su destino encuentran trabajo, pero a qué costo...

La guerra contra el terrorismo ha sido un pretexto perfecto de Estados Unidos, para no regular la migración y para hacer la vida de nuestros migrantes aún más dolorosa; sostienen con su trabajo en gran parte la economía nacional y padecen una hostilidad sin precedente por parte de las instancias federales y estatales de ese país, resurgiendo en su grado sumo la xenofobia y el racismo.

Ante más de treinta millones de mexicanos que se encuentran allá, la mayoría ya nacidos en ese país, Estados Unidos está asustado y tiene porqué estarlo. El mexicano no es una persona fácil de asimilarse a otras culturas; nuestros rasgos son muy obvios y nuestra cultura muy rica y muy fuerte y eso trae consecuencias.

En toda la humanidad, si revisamos los cinco primeros rubros de importancia en literatura, pintura, música, comida y economía, México está presente. En el rubro de la economía para sostener ahí su presencia, tenemos que hacer el ejercicio mental de preguntarnos: ¿qué otro país del mundo, ha aguantado mayor corrupción y sigue en pie como el nuestro?

Así, con nuestra cultura, el mexicano en Estados Unidos está transformando aquel país y a los americanos no les gusta. Samuel P. Huntington, catedrático de la Universidad de Harvard ha llegado al extremo de decir que “los mexicanos nunca se asimilarán a ellos y que la cultura paralela que están desarrollando, amenaza a los Estados Unidos”.

Nos consideran una amenaza y tienen razón, lo somos. No quieren ni hablar de una amnistía, porque la última de 1986 que les dio el estatus de legales a nuestros migrantes, hizo que su ingreso en dinero aumentara un veinte por ciento y ya sin miedo, por tener derechos ciudadanos, se preocuparan por aprender el idioma y son los que están posesionados enseñando a los que llegan.

No obstante ello y que estamos viviendo la etapa de mayores migraciones de la historia de la humanidad ya que pueblos enteros buscan un mejor nivel de vida en los países desarrollados, México debe preocuparse. México debe asustarse más aún que los Estados Unidos, porque mucha falta nos harán en un futuro todos los migrantes que hemos expulsado. Nos hará mucha falta su capacidad de trabajo, su valentía, su generosidad, que la vemos en la cantidad de recursos que envían a sus seres queridos que acá se quedan.

Estas migraciones ciertamente transformarán al mundo, un mundo que a muchos no nos tocará conocer, pero mientras tanto, debemos hacer algo para que nuestro país no expulse a los suyos. ¿Como? Una vez más, cada quien debemos buscar la respuesta, sin embargo, este año electoral nos da una oportunidad para elegir mejor a nuestros gobernantes y así fortalecer a nuestro país, para que sea más grande y justo.

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