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MÉXICO, DF.- El director francés de origen rumano, Radu Mihaileanu, quien actualmente promociona su película Camina sin Mí en el Festival de Cine Franco-Mexicano, argumentó que con este filme quiere atravesar las fronteras para dar a conocer la problemática que vive la gente pobre de África e Israel.
Comentó que en esta historia lo que menos importa es la raza, el color y la religión, entre otras cosas, y que lo único importante es dar a conocer las inclemencias de las guerras o la hambruna que sufre la gente de esos países. Camina sin Mí esta basada en un hecho real, es una experiencia que le contó un muchacho de 28 años de origen africano, quien perdió todo lo que tenía en un viaje a Sudan, parte de su vida y su comunidad; ?con eso me di una idea para hacer la película?, afirmó Mihaileanu.
?Estaba en Los Ángeles, en el estreno del Festival de Cine Judío y fue en una cena muy oficial donde me sentaron cerca de este muchacho, quien me contó que era judío, israelí y etiope, así que quise que me contara un poco acerca de su forma de vida en esos países, ya que yo no sabía nada?, explicó.
De ese modo, el director regresó a París, en donde sintió una emoción tan grande que quería conocer más, así que compró libros por Internet y se dio cuenta de que la gente no conocía la historia de la gente pobre de color que vive en esos lugares.
Ante esta situación, decidió hacer una película en donde le diera voz a la gente que no puede hablar y difundir este mensaje al público de otros países.
?Con esto decidí irme a Israel junto con el guionista y pasamos como cinco años para encontrar muchas historias, la gente, los servicios secretos y sociales, y todo un mundo implicado en hechos que fueron tremendos, así como la integración de esa comunidad? detalló.
Ante la aceptación de su película, reflejada en los comentarios del público, el cineasta puntualizó que ?si la película fuera mala, de todas maneras nosotros somos más ricos que antes, porque descubrimos vidas sensacionales y una belleza humana que nadie conoce?.
?Hoy en día la gente habla sólo de cosas malas como las guerras y la pobreza de este mundo, mi coraje era que siempre se le daba el mismo punto de vista, el cual la mayoría de las veces es de los estadunidenses y un poco de los europeos, pero siempre de los blancos?, agregó el director.
Asimismo, manifestó que el punto de vista de un niño judío etíope en Israel era muy importante, ?pero también se me hizo interesante el sentir de un extranjero; en sí de un cristiano que debe adaptarse al mundo judío de Israel y que deja un poco de identidad local?, aseveró.
El director, de origen judío, dijo que no quería confrontarse a otra identidad y para entender la historia ?tendría que dejar mi casa, mis cosas y mi familia pensando en estos días que pasé en esta situación?.
Para las locaciones, Mihailaneau explicó: ?tuvimos que adaptarnos un poco a la época, ya que se desarrolla en los años 80 y todo era diferente, tanto el vestuario como el peinado y los coches, entre otras cosas que necesitamos cambiar para que fuera una perspectiva más real?.
?Pero en África nada cambió, ya que la gente se sigue muriendo de hambre al igual que hace 17 años, tienen los mismos problemas por lo menos en la mitad de África, y ahora con el Sida nadie hace nada y nosotros somos indiferentes ante esta situación?, resaltó.
Tel-Aviv, ciudad donde se desarrolla la historia, es la tercera ciudad homosexual en el mundo después de San Francisco y Amsterdam, donde son muy tolerantes y los religiosos son minoría.
El cineasta apuntó que el financiamiento fue fácil de conseguir, porque el guión lo leyeron personas muy importantes de la industria cinematográfica, y decidieron invertir; así como se consiguió dinero por otras partes como en algunos establecimientos públicos, pero con una condición, la cual consistía en dejarlos ver de ante mano los ensayos.
Mihailaneau aseguró que ha ganado alrededor de 17 premios del público y ha estado en festivales como Berlín, Zaragoza, Boston, Montreal y Vancouver, entre otros.
?Camina sin mí? es una película que trata de un tema en el cual gracias a la iniciativa de Israel y Estados Unidos, a partir del 20 de noviembre y hasta el cuatro de enero de 1985, llevaron a cabo una amplia operación para trasladar a miles de judíos etíopes (Falashas) a Israel.
Una madre impulsa a su hijo para que declare ser judío y no muera de hambre. El niño es adoptado por una familia sefardita francesa que vive en Tel-Aviv. Él teme que se descubra su doble secreto: no ser judío, ni ser huérfano. En ese lapso, conocerá el amor, la idiosincrasia judía y la cultura occidental; pero también el racismo y la guerra en los territorios ocupados, pero jamás olvidará a su madre.
Por último, el cineasta francés de origen rumano adelantó que tiene proyectos para próximas películas, pero no quiso abundar en ello.