La erradicación de la poliomielitis puede conseguirse a finales de 2005 si se cumple la última campaña de vacunación de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomielitis y se mantiene el compromiso adquirido por los Gobiernos de los países en los que todavía esta afección es endémica (India, Pakistán, Afganistán, Egipto, Níger y Nigeria).
Éste es el reto de David Heymann, responsable en la Organización Mundial de la Salud para la erradicación de esta enfermedad desde 2003.
Heymann, de 58 años, nacido en Pensilvania (EU), explica que a la lucha por detener la poliomielitis se le ha dedicado la mayor campaña mundial de salud pública realizada en la historia: más 15 años de trabajo, unos 3 mil millones de dólares de inversión y el esfuerzo de 200 países y 20 millones de voluntarios. Esta ingente operación ha reducido el número de infectados de los 350 mil de 1988 a 943, según datos del pasado 18 de noviembre.
Heymann destaca que las enfermedades infecciosas constituyen la segunda causa de mortalidad en el mundo después de las cardiovasculares y son responsables del 45% de las muertes en los países en vías de desarrollo.
La erradicación o extensión de la mayor parte de estas enfermedades depende en gran medida del comportamiento del ser humano: la viruela, que causó la muerte de cerca de tres millones de personas en 1967, se erradicó en 1980; la viruela de los monos, que apareció en 1970 por un cruce entre el virus del animal y el del hombre, todavía continúa siendo un problema en África; y el virus del sida se extiende ahora por todo el mundo porque se modificaron los comportamientos sexuales sin adoptar medidas preventivas.
Otro tanto ocurrió con el cólera, patología que estuvo erradicada durante más de 100 años y rebrotó en 1991 porque una oveja infectó el pescado del puerto de Lima (Perú); luego se extendió por todo el país y a otros lugares de América. El dengue, una enfermedad grave que puede aparecer en forma de fiebre o hemorrágica, afectaba en 1960 a muy pocos países de América del Sur y de Asia, pero ahora se ha extendido a tres continentes por el mosquito Aedes .
En opinión de Heymann, la respuesta a las enfermedades infecciosas depende de numerosos factores, entre los que destacan las medidas preventivas tanto de la población como de los profesionales sanitarios, y la actuación de los Gobiernos. 'La población debe ser consciente de que las enfermedades infecciosas se pueden prevenir en un número muy importante de casos adoptando medidas tan sencillas como lavarse las manos con frecuencia, beber agua potable, mantener una distancia de seguridad con las personas que están enfermas, asegurándose de que reciben tratamiento y acudiendo al médico si se encuentran mal. Cuando surgió el SARS, el solo hecho de instalar unos aseos distribuidos por toda la ciudad de Hong Kong para que la gente pudiera lavarse las manos contribuyó a frenar la epidemia y, además, redujo la tasa de todas las infecciones pulmonares en la isla', dice.
Heymann dirigió la puesta en marcha de la Red Global de Vigilancia y Respuesta Epidémica del SARS, el instrumento que permitió detectar y controlar la dolencia, cuando era director ejecutivo de Enfermedades Transmisibles en la OMS. 'Las enfermedades infecciosas deben tener unos buenos mecanismos de detección y respuesta a escala nacional, pero si fallan, como ocurrió en China, y si la enfermedad se extiende internacionalmente, debe existir un sistema de respuesta global que encuentre la enfermedad y la pare. Si no hubiera habido un sistema global para detectar esta enfermedad precozmente, quizá nunca hubiéramos podido liberarnos de ella', agrega.
Heymann vaticina que el control de las enfermedades infecciosas podría ser muy alentador si, en determinadas situaciones y ante estas patologías, los científicos estuvieran más interesados en el beneficio público que en mantener sus investigaciones en secreto para luego publicarlas en revistas científicas: 'La respuesta del SARS demostró por primera vez que todos los países pueden trabajar juntos para prevenir la expansión de estas dolencias, y el mismo sistema de esta red ya se está utilizando para la prevención de otras enfermedades como la gripe aviar'.