EFE
LONDRES, INGLATERRA.- La reina Isabel II no asistirá a la boda civil de su hijo, el príncipe Carlos, con Camilla Parker Bowles, el próximo ocho de abril, informó ayer el palacio de Buckingham.
La soberana estará presente, en cambio, en la ceremonia religiosa presidida por el arzobispo de Canterbury, que tendrá lugar a continuación del enlace civil, que se celebrará en el distrito real de Windsor, en las afueras de Londres.
Cabe destacar, que la reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, confesaron en días pasados sentirse ?muy felices? por la boda del heredero de la Corona, el príncipe Carlos, y Camilla Parker Bowles.
?El duque de Edimburgo y yo estamos muy felices con el hecho de que el príncipe de Gales y la señora Parker Bowles vayan a casarse?, indicó la reina en un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham. ?Les expresamos nuestros deseos más cálidos en su futuro juntos?, señaló el comunicado de la residencia de la familia real.
La boda del príncipe Carlos y su novia, Camilla Parker Bowles, se celebrará el próximo ocho de abril en el castillo Windsor, anunció Clarence House, residencia oficial del heredero de la corona británica.
Tras su matrimonio con el príncipe de Gales, Camilla llevará el título de Su Alteza Real duquesa de Cornualles y, aunque acceda al trono su futuro marido, no será reina de Inglaterra, sino princesa consorte.
Molestia por cambio de sede
El precipitado cambio de lugar para la próxima boda del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles puede acabar costándole hasta 1.5 millones de euros al Municipio de Windsor, en cuyo Ayuntamiento se celebrará el enlace civil.
-Así lo calcula el diario británico The Times, según el cual los directivos de la policía local se quejan del costo que supondrán las medidas de seguridad adicionales necesarias para el cortejo.
-En Clarence House, residencia oficial de Carlos de Inglaterra, se señala que el que la pareja recorra a pie o en automóvil el próximo ocho de abril el casi centenar de metros que separan al castillo de Windsor del Ayuntamiento local dependerá de lo que les aconsejen los responsables de la seguridad.
-Según la prensa británica, Isabel II está muy disgustada por los chapuceros preparativos de la boda, que en un principio debía haberse celebrado en el castillo de Windsor hasta que se cayó en la cuenta de que la necesaria licencia permitiría a cualquier plebeyo casarse en ese mismo lugar durante los tres años siguientes, algo a lo que la reina no estaba dispuesta.
-Fue entonces cuando se decidió trasladar la ceremonia civil al edificio del Ayuntamiento, lo que entraña, sin embargo, no sólo mayores riesgos y gastos de seguridad sino toda una serie de inconvenientes.
-Un matrimonio entre los muros del castillo de Windsor apenas habría representado problemas de seguridad para los alrededor de 700 invitados a los que se pretendía invitar.
-Ahora, sin embargo, la policía del valle del Támesis tendrá que garantizar que el trayecto entre el castillo y el Ayuntamiento está libre de explosivos, habrá de apostar a tiradores de elite en los tejados y vigilar desde helicópteros en prevención de cualquier acto terrorista.
-Los costos de toda esa operación deberán correr en principio a cargo de los contribuyentes de ese Municipio, dice The Times.
FUENTE: EFE
