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La tatarabuela

Gilberto Serna

Es apenas ahora, que ha sido arraigado el que fungía como director de la Coordinación de Giras del presidente Vicente Fox, por presuntamente estar ligado a conocidos maleantes con los que tuvo comunicación constante para tenerlos al tanto de ciertas actividades presidenciales, cuando se tiene noticia de que había un infiltrado del narcotráfico en las oficinas de Los Pinos. De lo que hacía no se sabe mucho, aunque el abogado de la nación, Rafael Macedo de la Concha, declara que las pruebas recabadas en su contra son contundentes y muy serias.

Puede ser. ¿Por qué iba a decirlo si no fuera cierto? Lo que no queda muy claro es cuál era el propósito de los narcos al tener un chismoso en una oficina de tan poco valor en la que sólo se sabía a qué horas, con quién, a dónde y por cuánto tiempo estaría el presidente visitando cierta zona del territorio nacional.

Los guardias presidenciales, usted y yo lo sabemos, acuden previamente al lugar en que va a estar, las autoridades locales se enteran del recorrido, hay mucha gente que participa en el convite presidencial ¿y? Hace cuatro años, si es verdad el hecho, de que Nahum Acosta Lugo, rompiendo la confianza otorgada, filtraba información; ¿qué calamidad pasó en ese lapso?, nada ha trascendido de que la delación haya sido aprovechada por los tristemente celebérrimos hampones.

La pregunta que flota en el aire es ¿qué hacía Acosta Lugo que diera lugar a que substanciosamente le pagaran los narcos? Si tenía comunicación con personas involucradas en ese reprobable oficio, ¿de qué hablaban? Aquí, todo parece indicar, que hay más de un gato encerrado.

Que el departamento encargado de perseguir, allende nuestra frontera, ese ilícito y nauseabundo comercio, conocido con las letras DEA es el que pone al descubierto el asunto, no es de dudarse. Lo grave es que demuestra que ha colocado “pájaros en los alambres” de todo el personal que presta sus servicios en Los Pinos.

No habría medida para saber cuántos teléfonos están siendo intervenidos. Eso sí sería algo muy serio para la seguridad nacional. En el ambiente local se dice que personal de la SIEDO, Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada, cuenta con diversas grabaciones de llamadas que efectuó Nahum a diversas personas, que no se descarta sean capos del narcotráfico. No conozco al sujeto en cuestión, pero de lo que se dice me atrevo a calificarlo de infidente de pacotilla o ladronzuelo de poca monta, que sólo faltó que escribiera en desplegados periodísticos sus sucias confidencias. ¿A qué espía, que se respete, se le ocurre enviar información usando métodos tradicionales como el Internet o el teléfono celular? Sólo a un cabeza dura, que puede ser el caso.

Esto está más enredado que el laberinto de Creta, -construido por el arquitecto griego Dédalo, donde fue encerrado el mitológico Minotauro, al que dio muerte Teseo con la ayuda de Ariadna hija del rey Minos-, que lo único que se puede decir es que debe haber razones para considerarlo culpable de fuga de información. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos reportó que Nahum recibió una llamada en su teléfono celular de un rufián conocido como “El Barbas”. Se sabe además que intentó rentar una casa en Lomas de Anáhuac, en Huixquilucan, estado de México en la que anteriormente habitaba la esposa de un hermano de “El Barbas” apodado “El Mochomo”. Ambos granujas primos del traficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

Entretanto, en Los Pinos ya irán en la bisabuela de todas las batallas contra el crimen, si se toma en cuenta que el Gobierno Federal ofreció en ocasiones pasadas, en una primera vez, que daría la madre, que en realidad vendría a ser la abuela, dado que después se habló nuevamente de que se estaría planteando una acometida para desbaratar la delincuencia organizada, a raíz de que se llevó al cabo una manifestación multitudinaria de ciudadanos en la capital de la República. La segunda había surgido a consecuencia de los asesinatos en el interior de prisiones de alta seguridad con armas de fuego, además de que fueron muertos celadores de un reclusorio en Tamaulipas. Esta última contienda madre, dicen, surge de la infidelidad de un funcionario que trabajaba dentro del círculo selecto allegado al Presidente. Así como pinta el arcoiris, pronto daremos con la tatarabuela. Lo cierto es que en los resultados no han sido nada halagüeños, por lo que el embajador de Estados Unidos de América, Tony Garza, se dio el lujo de tildar a nuestras autoridades de falta de control, considerando la inseguridad prevaleciente en ciudades fronterizas. Bien, pasan y pasan cosas, de una u otra laya, haciéndose evidente que los encargados de protegernos en este país dan la impresión de estar en babia. ¿O no?

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