Mientras era intervenida quirúrgicamente, Ana María asegura haber visto a la “Morenita del Tepeyac”.
El Siglo de Durango
Hincada apenas y puede avanzar. El dolor es intenso, las gotas de sudor recorren su rostro. Su mano derecha es sujetada por un amigo y una mujer es la encargada de poner las cobijas para que pase por ellas y no se lastime las rodillas con el duro cemento.
Ana María Moreno asegura que hace 15 días vio a la Virgen de Guadalupe. Ocurrió cuando fue intervenida quirúrgicamente en el Hospital General y tuvo que ser reanimada mediante electro shocks.
“La vi, me agarró con sus manitas y me dijo que no me iba a morir, que iba a regresar con mis hijos. Yo le prometí que vendría a verla y pagaría mi manda”, platica mientras uno de sus acompañantes busca agua para darle de beber.
Con los ojos llenos de lágrimas recuerda el duro momento en el nosocomio en donde se enfrentó con la muerte. Con la mano izquierda sujeta una veladora y sigue su camino, pues aún falta casi media Explanada de los Insurgentes por recorrer para llegar al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Hace cerca de dos semanas que estuvo en un quirófano y ahora, con motivo del 12 de diciembre, cumple lo prometido. La herida es reciente pero dice que no tiene miedo, que confía en que la Virgen la cuidará hasta el fin.
En su andar es observada por cientos de personas que circulan por el lugar. Sólo la ven de reojo, pues en su mayoría están ocupados con los comerciantes que ofrecen toda clase de mercancías en la que la piratería está presente.
En los puestos se ofrecen discos compactos y películas, todos copias de los grandes estrenos del momento. Los policías ministeriales y municipales vigilan el área e incluso aprovechan la oportunidad para gozar de algunos antojitos de los que se venden en la romería.
La música que se escucha en los locales habla de temas diversos pero ninguno hace alusión a la fiesta que se celebra. Al llegar al atrio las notas mundanas se pierden y empieza el tamborileo. Los danzantes brindan su máximo esfuerzo después de la larga peregrinación por la que atravesaron.
Entrar al Santuario es prácticamente imposible. Las personas hacinadas escuchan misa. Para finalizar la liturgia entonan las “Mañanitas” y, como la llegada de gente es constante, para salir del lugar abren una puerta alterna en donde un hombre espera con una canasta y pide a los creyentes que den su limosna.
En el patio de la iglesia, a los pies de la figura de San Diego, hay un puesto de libros religiosos en los que también se amontona un número importante de fieles.
Al salir a la calle el negocio de la fe continúa. Estampas, cruces, llaveros, cuadros, con la imagen de la Virgen del Tepeyac en todos los precios posibles.
Gente va y viene. Se pierde entre los locales y los mercaderes que los atraen. Las canciones de moda, camisetas con mensajes en lenguaje altisonante.
Y entre ese andar, sigue arribando la gente que con un corazón agradecido, sacrifica su cuerpo y cumple su ofrecimiento a la “Morenita”, como le dicen cariñosamente.
Ese también es el caso de Miguel Hernández, quien en compañía de su esposa va a dar gracias por la sanación de su pequeño Jesús Manuel de un año de edad y a quien le diagnosticaron cáncer en el ojo derecho pero que, en la actualidad, ha respondido satisfactoriamente a su tratamiento. De esta forma, el fervor religioso y el comercial se unen, se mezclan entre imágenes y comida.
Pormenores
La fiesta de la Virgen Morena es una tradición nacional.
-En el presente año, la Comisión de Actividades Económicas del Ayuntamiento capitalino determinó no permitir la instalación de juegos mecánicos ni de los comerciantes de mercancías diversas conocidos como “los gritones”, con el argumento de que implicaban un caos vial y, además, eran molestos para los vecinos del lugar.
-Pese a la importante afluencia de católicos, algunos de los comerciantes alegaron tener bajas ventas y enfatizaron que hizo falta la distracción de los juegos mecánicos para atraer más gente.
-Se tuvo el conocimiento de algunos incidentes menores en cuanto a la reventa de espacios comerciales.
-Las autoridades municipales reportaron 850 locales establecidos en el área.
-El párroco del Santuario de Guadalupe, Pascual Lizardo Casas, hizo un exhorto a los creyentes para comprender el significado espiritual de las fiestas religiosas, pues no se “trata de un simple motivo pagano ni de un pretexto más para emborracharse”.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.