QUINCY, Massachusetts, EE.UU. (AP) .- Nunca es bueno quedarse dormido en el trabajo, pero cuando uno se dedica a robar las consecuencias pueden ser graves.
La policía llegó el martes por la mañana a una farmacia y encontró a Steven Jakaitis, de 42 años, dormido en su automóvil con el motor encendido, una media de nilón cubriéndole la cabeza y una pistola de fulminantes en el bolsillo.
A su lado estaba una nota escrita: "Tengo una pistola. NO PRESIONE ninguna alarma ni permita que los clientes se enteren. Vacíe toda la caja registradora".
Un cliente llamó a la policía después de ver a Jakaitis, que también tenía puesta una peluca negra y una bufanda. En el asiento trasero del automóvil los agentes encontraron una bolsa de plástico con 36 agujas hipodérmicas nuevas. Jakaitis habló incoherentemente después de que la policía lo despertó, dijo el capitán Anthony DiBona.
Nunca entró a la tienda, indicó la policía.
En su presentación formal ante la corte el martes, Jakaitis se declaró inocente de intento de robo a mano armada, posesión de una jeringa hipodérmica y de haber recibido un auto robado. Se ordenó que permanezca detenido con derecho a una fianza de mil dólares y se ordenó se presente el 12 de abril para una conferencia previa al juicio.
