La PFP registra 3 mil 817 denuncias a nivel nacional en los primeros 7 meses del 2005 por extorsiones telefónicas
Gran parte de la familia Ramírez radicada en la ciudad de Torreón, Coahuila, y Durango estaba al punto del colapso. La llamada de un comandante, desde el aeropuerto de Durango y un supuesto pariente, hizo que Rocío Ramírez estuviera a punto de trasladarse a esta ciudad con 25 mil pesos como adelanto de los cinco mil dólares que les pedían para liberar a su familiar, pero todo era una extorsión.
El comandante, que nunca dijo su nombre, dijo tener detenido al sobrino de Rocío Ramírez, a quien habló a la ciudad de Torreón y éste, con un manejo psicológico audaz, la llevó al terreno donde él quería. ?Tenemos a su primo detenido, tiene una orden de aprehensión por haber matado a una niña en Estados Unidos, pues la atropelló y para liberarlo necesitamos cinco mil dólares?.
Rocío se asustó y creyó en el ?comandante?, pero antes quiso hablar con su primo para verificar la información. El supuesto sobrino con acento ?pocho? comenzó a envolverla.
- Soy tu primo (sin decir su nombre, hasta que la otra persona diera un dato que pudiera seguir con la conversación)
- Aah, sí. ¿El de Idaho? (El supuesto pariente contesta que sí)
- Sí, fíjate que me detuvieron en el aeropuerto, pues atropellé a una niña y la maté y estoy huyendo de Estados Unidos y dicen que necesitan cinco mil dólares; por favor, ayúdame.
- Déjame hablar con mi tía Rosa para conseguir el dinero (Rocío ya dio el nombre de su tía).
- Yo le hablo. Dame el número (Rocío le da el número y el supuesto pariente ya tiene más datos para convencer a sus víctimas).
- ¡Qué tal, tía! Habla tu sobrino, fíjate que necesito... (hace otra vez la misma dinámica).
La preocupación llega hasta límites insospechados y Rosa habla con su prima María a Durango, quien tiene mayor contacto con la ciudad y cuenta todo lo que pasó a su sobrino, un tal Roberto Ramírez.
Para entonces Rocío y María ya habían conseguido con varios familiares 25 mil pesos, como un adelanto a los cinco mil dólares que iban a pagar por el rescate de Roberto. Incluso, Rocío ya estaba a punto de viajar a Durango para pagar la cifra.
Para esto el supuesto comandante les dijo que les esperarían en el entronque del aeropuerto de Durango y que necesitaban saber en qué automóvil irían para identificarlos.
María, también al punto del colapso, se acordó de una amiga del Instituto Nacional de Migración, quien le dijo que no había ningún detenido en el aeropuerto. También habló al aeropuerto y el vuelo de los que le informaron venía de Estados Unidos era ficticio, pues no había a la hora en el que supuestamente había llegado Roberto.
Posteriormente, observaron el número telefónico del que estaban hablando y observaron que procedía de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Finalmente llamaron a Idaho, con el real pariente Roberto, quien las sacó de todas dudas, pues él estaba trabajando tranquilamente. Así, los nervios, la hipertensión y hasta el incremento en los niveles del azúcar desaparecieron de las parientes agredidas psicológicamente.
Otros casos
El aparato telefónico tanto en casas como el celular se ha vuelto ahora un arma muy peligrosa, pues puede ser utilizado como un poderoso instrumento para hacer dinero y abusar de la buena fe de los duranguenses.
De acuerdo con un cálculo que hace El Siglo de Durango, solamente en una empresa en donde han existido varias víctimas con intento de extorsión, las personas afectadas por este tipo de manejo psicológico pueden llegar a formar entre el 30 al 40 por ciento de quienes han tenido una experiencia similar al de un secuestro virtual, o haber sido objeto de algún fraude con las grandes promesas de premios, viajes y hasta compras de casas.
Maribel Hernández, por ejemplo, recibió una llamada en su casa. Ella vendía el inmueble y lo anunció por Internet y habló un supuesto comprador, que venía desde Tamaulipas en avión para la adquisición de la vivienda, pero pedía la compra de diez tarjetas de celular y por supuesto los números de las mismas, todo bajo argucias de motivación y de embelesamiento de las personas.
Estos individuos se dedican a acumular crédito en sus celulares. Algunos investigadores presumen que son personas que también extorsionan, pero que engañan a la gente para obtener saldos en sus celulares gratis y así continuar delinquiendo al hablar a otras personas.
Otro caso es el de Mauricio Pérez, quien recibió una llamada a su celular de un número privado, en donde una mujer con acento puertorriqueño avisaba de un premio que había ganado para el Caribe o Cancún en un crucero de una compañía trasnacional. La situación es que pedían el número de una tarjeta de crédito o débito. Este tipo de extorsionadores se basan en el monto que pueda tener una tarjeta como saldo. Si no tienen suficiente dinero, entonces lo abandonan.
Un caso más, el de Marisela García, a quien le llamaron a su trabajo para decirle que se había ganado un automóvil último modelo por haber participado en ?Boletazo?, pero para hacer efectivo el premio tenía que adquirir diez tarjetas de celular, cuyos números tenía que dar a conocer al supuesto sujeto que le había avisado del concurso.
Como éstos se han dado muchos, aunque en forma afortunada las personas que han recibido este tipo de llamadas no han caído en la trampa; sin embargo, muchos otros sí, cuando los operadores se aprovechan de la ignorancia de quienes se emocionan con un premio, que tal vez no han ganado nunca en su vida.
Según los casos que investigó El Siglo de Durango, quienes anuncian premios tienen menos posibilidades de acertar, pero dependen de la debilidad psicológica del sujeto entrevistado; sin embargo, no sucede lo mismo con la extorsión a través del secuestro virtual.
En el caso de Claudia Olivas, ella no corrió con la misma suerte. En forma desdichada para ella, la envolvieron con un cuento similar al que le sucedió a la familia Ramírez. Claudia sí depositó diez mil pesos en una cuenta ?fantasma?, dinero que obviamente no volvió a ver jamás, sólo para que liberaran de la Policía Federal Preventiva a un sobrino.
El problema de Claudia fue que ya después de haber hecho toda la operación y el depósito se le ocurrió verificar si realmente su pariente había sido detenido. Para su sorpresa, el hijo de su hermana se encontraba en casa, sano y salvo.
?Aguas? con los presos
De acuerdo con estadísticas nacionales que ha dado a conocer la Policía Federal Preventiva (PFP), solamente en los primeros siete meses del 2005, el número de denuncias interpuestas en todo el país por extorsiones telefónicas alcanzó una cifra de tres mil 817, el triple de lo que se registro en 2003 y 2004.
De enero a julio de este año las víctimas han pagado hasta 1.7 millones de dólares a los extorsionadores y de acuerdo con las vías de investigación que ha seguido la PFP, se cree que la mayor parte se realiza en el interior de los reclusorios, por parte de reos que tienen acceso a teléfonos celulares o fijos.
Según el informe de la Agencia Federal de Investigación (AFI), de la Procuraduría General de la República, en 2001 el número de denuncias apenas alcanzaba los 12 casos; para el 2002 éste se incrementó a 25, en 2003 llegó a 112 y en 2004 fueron 170, mientras que en los primeros siete meses la cifra fue de mil 976.
El informe de la AFI difiere en gran medida con el de la PFP, que manifiesta cantidades más exorbitantes; sin embargo, las autoridades policiacas han dicho que es un problema que ha estado creciendo en forma incontrolada.
De acuerdo con los rastreos que ha hecho la PFP en algunas cárceles y reclusorios, los centros penitenciarios cuyos reclusos han participado más en los secuestros virtuales o extorsión han sido los de Guadalajara, Jalisco, en primer lugar, en segundo los del Distrito Federal y en tercero los del Estado de México, pero no se descartan otros en el país.
También la PFP ha detectado que hay una fuerte relación entre trabajadores de casas de transferencia de dinero en minutos y los extorsionadores, por lo que las autoridades alertan a la ciudadanía a tener cuidado con las llamadas que recibe.
Extorsiones hasta por 80 mil pesos
Ante la Dirección de Averiguaciones Previas (DAP), se han denunciado en lo que va hasta agosto de 2005 un total de 84 casos en los que a algunas personas se les ha tratado de extorsionar o de defraudar a través de las llamadas telefónicas; sin embargo, la dependencia calcula que por lo menos las cifras pueden aumentar al doble o más, pues muchos ilícitos no se denuncian, según explicó el subdirector de esta dependencia, Conrado Silva Franco.
Según el entrevistado sí se han registrado casos de empresarios y profesionistas que han sido extorsionadas con buenas cantidades de dinero en Durango y los montos han oscilado entre los mil 500 y hasta los 80 mil pesos
Las distintas llamadas que se hacen por lo general en donde sí se registra alguna extorsión son porque algún familiar está detenido en el aeropuerto de alguna ciudad, ya sea por un delito, por pago de impuestos, etcétera.
Para Conrado Silva la práctica de este delito se hace por personas profesionales e incluso investigan a jóvenes por ejemplo, en donde amenazan a la familia para decirles que ya saben el lugar en donde viven, dónde estudian sus hijos, cómo son, a qué hora llegan de la escuela o de trabajar y otras artimañas.
En una ocasión las autoridades federales rastrearon llamadas, que incluso saben que provienen del interior del reclusorio de Guadalajara, de lo que se espera respuesta.
El funcionario invitó a la ciudadanía a denunciar los casos antes expuestos, aunque no hayan sido extorsionados, pues de éstas se derivan otras vías de investigación.