Intenta el Ejército recuperar un valle controlado por insurgentes
AP
KANDAGAL, AFGANISTÁN.- Cientos de infantes de Marina estadounidenses y soldados de las Fuerzas Afganas Especiales avanzaban ayer por remotas montañas afganas en una operación a gran escala para recuperar un valle controlado por insurgentes, que se cree tendieron una emboscada a una unidad de comandos norteamericanos y derribaron un helicóptero militar.
La ofensiva iniciada al oriente de la provincia de Kunar, cerca de la frontera con Pakistán, es la mayor lanzada contra los elementos considerados responsables por los ataques simultáneos del 28 de junio, que juntos constituyeron el mayor revés sufrido por las fuerzas estadounidenses en Afganistán desde el derrocamiento del Talibán en 2001.
Tres de los cuatro integrantes de un equipo de Fuerzas Afganas Especiales de la Armada estadounidense murieron en la emboscada, y los 16 soldados que viajaban a bordo del helicóptero perecieron cuando el aparato fue alcanzado por una granada impulsada por un cohete.
La ofensiva siguió a una semana mortífera para las Fuerzas de Estados Unidos en Afganistán. Siete soldados norteamericanos, así como docenas de civiles y presuntos extremistas han muerto en los últimos días, con lo cual se han redoblado las preocupaciones de que las cruciales elecciones del mes entrante para elegir a los miembros de una nueva legislatura puedan resultar perturbadas por una oleada de violencia.
Se cree que centenares de rebeldes afganos, así como extremistas de Pakistán, Chechenia y Arabia Saudí se han concentrado en el valle Korengal de Kunar, y se preparan allí para perturbar las elecciones, según comandantes estadounidenses y afganos de la región.
?Queremos ahuyentarlos hacia la parte alta de las colinas donde no puedan atacar los centros de votación?, dijo el capitán John Moshane, de la infantería de Marina. ?Queremos aislarlos de la comunidad?.
Las fuerzas combinadas comenzaron a tomar posiciones el jueves cerca de Kandagal, una población ubicada en una de las entradas del valle, a unos 190 kilómetros al este de Kabul.
La ofensiva ocasionó una reacción inmediata de parte de los extremistas, que atacaron con cohetes una base norteamericana cercana y una caravana militar, pero los cohetes no dieron en el blanco.
Las tropas conjuntas comenzaron a subir el viernes y ayer por las estribaciones de las montañas, acompañadas por burros cargados de agua y comestibles, para iniciar así una operación que se cree durará por lo menos dos semanas, dijo Moshane.
