EL PAÍS
MADRID, ESPAÑA.- El Giove-A, primer satélite de validación de tecnologías del futuro sistema de posicionamiento global europeo Galileo, fue lanzado ayer miércoles con éxito al espacio y colocado en su órbita. Galileo, un programa de la Agencia Europea del Espacio (ESA, por sus siglas en inglés) y de la Comisión Europea, será la alternativa civil y de alta precisión al GPS estadounidense y al Glonass ruso. Empezará a ser operativo hacia 2010, con pocos satélites.
?Varios años de cooperación fructífera entre la ESA y la comisión Europea ha proporcionado ahora un nuevo recurso en el espacio para mejorar la vida de los ciudadanos europeos en la Tierra?, declaró ayer Jean Jaques Dordain, director de la ESA.
Un cohete Soyuz-Fregat, que partió de la base espacial rusa de Baikonur (Kazajstán), situó el Giove-A en su órbita, a 23 mil 258 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre con una inclinación de 56 grados sobre el plano ecuatorial. ?Tenemos un satélite en funcionamiento?, declaró desde Baikonur Javier Benedicto, jefe del proyecto Galileo en la ESA, informa France Press.
Este es el primer satélite de ensayos tecnológicos del sistema, al que seguirá el Giove-B, dentro de unos meses. Ambos deben funcionar dos años. Después se colocarán en órbita cuatro satélites que servirán para validar el sistema y empezar sus operaciones, hacia 2010. Pero Galileo, cuando se complete, estará formado por una constelación de 30 satélites en el espacio (26 en funcionamiento y cuatro de reserva). Además se podrán en marcha los centros de tierra para controlar y gestionar el sistema.
El Giove-A, de casi 600 kilos de peso, tiene tres objetivos esenciales, según ha explicado la ESA: primero, asegurar el uso de las frecuencias asignadas a Galileo por la Unión Internacional de Telecomunicaciones; segundo, comprobar el funcionamiento de tecnologías esenciales para el futuro sistema de navegación, como los relojes atómicos y los emisores de señal; tercero, estudiar el entorno de radiación en la zona orbital de casi 24 mil kilómetros de altura sobre la superficie terrestre en que operarán los satélites de Galileo. Cuando el sistema europeo de posicionamiento global esté plenamente operativo, permitirá la localización de cualquier punto en tierra o en el aire con un error máximo de un metro. Además garantizará un funcionamiento constante, sin interrupciones o alteraciones, como las que tienen, en el uso civil, los sistemas militares GPS y Glonass.