CHICAGO (AP).- Para Dan Vnuk, de 56 años, el cabello entrecano le parece un activo que demuestra la experiencia en su carrera ahora que ha dejado de teñírselo con la esperanza de mejorar sus perspectivas laborales.
Sin embargo, no es así para Aliza Sherman Risdahl, de 40, que durante años ha sentido presión tácita para teñirse su cabello prematuramente canoso. "Realmente no me importan (las canas), pero... nadie toma a las mujeres más en serio debido a que las tenemos en la cabeza", se lamentó.
A medida que la fuerza laboral envejece colectivamente, las opiniones sobre el impacto del cabello entrecano en el ambiente de trabajo siguen siendo contradictorias, cuando los primeros adultos de la generación de la posguerra (nacidos entre 1946 y 1964) cumplan 60 el próximo año y con los 78 millones de integrantes de dicha generación _la mayor en la historia de Estados Unidos_ ya por encima de los 40.
¿El pelo entrecano añade sobriedad a los que buscan ser contratados o promovidos, o es una desventaja que es mejor ocultar?
Incluso en momentos en que las estadísticas demográficas se inclinan a favor de los trabajadores de mayor edad, los expertos dicen que la respuesta depende de las circunstancias.
En 20 años, uno de cada cuatro estadounidenses adultos tendrá más de 65. Como resultado, "esta forma de evaluar a los norteamericanos mayores por su cabello entrecano tendrá que cambiar", dijo el doctor Robert Butler, experto en geriatría y director general del International Longevity Center (Centro Internacional de Longevidad) en Nueva York.
En una época el cabello canoso era considerado ideal en los negocios y la política. En el siglo XVIII, las pelucas polveadas blancas o grises eran la última moda entre los colonizadores estadounidenses, que se inclinaban por las grises porque equiparaban la edad madura con el respeto, el poder y la prosperidad.
En la actualidad, el cabello entrecano es común en hombres que ocupan puestos a nivel gerencial. Pero el que otros ejecutivos, los empleados de nivel ordinario o los que solicitan trabajo se beneficien de las canas es otra cuestión.
Ciertamente que el mensaje enviado por las cadenas de televisión no favorece las canas, en especial entre las mujeres. El ver a una comentarista o reportera con cabello cano es tan poco probable como tener un jefe que porte una peluca polveada en la oficina. Y ninguna de las ocho mujeres que son directoras generales de las compañías que aparecen en la lista de la revista Fortune 500 tiene el cabello entrecano, según las fotografías más recientes.
Aunque podría ser imposible cuantificar el efecto de las canas, no ha habido una disminución significativa en una categoría estadística vinculada de cerca a la discriminación por motivos de edad. La Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo recibió 17.837 quejas de discriminación por edad en el 2004, una ligera disminución de los últimos dos años pero mayor que cualquier otro año en la última década.
Butler, cuya organización educativa y de investigación combate la discriminación por edad en el trabajo y en cualquier otra parte, dice que las estadísticas corroboran que los empleados mayores son de los más confiables en la fuerza laboral porque "aprenden, son responsables y tienen un bajo índice de ausentismo". Pero él comprende muy bien por qué los trabajadores se tiñen las canas para mejorar su autoestima o sus oportunidades de obtener un empleo.
Karl Pillemer, profesor de desarrollo humano y gerontología en la Universidad Cornell, dice que la posición de los estadounidenses es claramente ambivalente con relación al cabello entrecano en el entorno laboral.
"Hay algunas compañías ansiosas por contratar a las personas con pelo canoso, pero en otras áreas existe una discriminación extrema" hacia los trabajadores mayores, dijo.
Vnuk siempre ha temido ese tipo de discriminación, y últimamente se ha tenido el cabello entrecano en las entrevistas para conseguir un empleo. El administrador de mercadotecnia oriundo de Milwaukee reconoce haberse enfrentado periódicamente durante años al dilema de teñirse el pelo o dejarse las canas.
"Cuando uno tiene una entrevista, en algún momento siempre piensa: '¡Vaya! ¿Debería tratar de verme más joven?"', dijo.
Hasta su hijo lo animó para que ocultara su edad cuando Vnuk se entrevistó con un empresario de alrededor de 30 años, aproximadamente la edad del hijo. Le dijo a su papá: "Acéptalo, nadie quiere contratar a su padre", un comentario contundente aunque algo "brutal", recordó Vnuk riéndose.
Vnuk desdeñó el consejo y de todas formas obtuvo el empleo. Pero unos meses después se tiñó el cabello color café castaño en un intento por encajar mejor con sus colegas más jóvenes, una decisión que lamentó rápidamente como "realmente tonta" después de soportar las críticas por su aspecto falso.
Ahora ha vuelto a dejarse el cabello cano, esta vez definitivamente, afirma. En base a los comentarios que escucha en conferencias y en otras partes, sospecha que a los trabajadores con canas les está siendo más fácil sentirse cómodos con ellas.
Otros no están de acuerdo, especialmente algunas mujeres.
"Las mujeres con el cabello entrecano son consideradas como 'cansadas' o 'viejas' o como que 'no van a encajar"', dijo Risdahl, empresaria y productora de radio y televisión en Laramie, Wyoming. Por otro lado, los hombres canosos son vistos como "experimentados" o "distinguidos", señaló.
Ha escuchado suficientes comentarios como consultora en un equipo de contratación para convencerse de que la discriminación a la gente de edad es real en el mundo de las empresas.