La cicatriz se forma porque las células producen colágeno, una sustancia que actúa como un pegamento y que cierra la herida.
Hay quienes piensan que las cicatrices son huellas de la vida, y es cierto, pero ya es posible reducirlas y hacer que su presencia no se convierta en un punto de atención, sin recurrir a productos que se anuncian como milagrosos y pueden representar un grave peligro para la salud.
Y como se trata de un asunto verdaderamente universal, ya que es prácticamente imposible encontrar a alguien que no tenga alguna cicatriz, abundan los charlatanes que ofrecen como por arte de magia quitar del todo esas señas.
Y es que en realidad quitar o difuminar una cicatriz es un asunto que puede ser sencillo o complicado, todo depende de la profundidad de la misma. Los especialistas dicen que cuando se cura la herida, aparece la huella, formada normalmente de un tejido fibroso que de acuerdo con lo hondo puede ser plana, abultada, hendida o coloreada. Hay algunas que producen dolor o comezón.
La cicatriz se forma porque las células producen colágeno, una sustancia que actúa como un pegamento y que cierra la herida. Si la lesión es ancha y honda, los bordes de la herida se pegan uno a otro y forman una especie de puente a lo largo de la lesión, lo que produce la huella.
Al sanar la lesión, el organismo da una señal a las células de la piel para que detengan la producción de colágeno, pero en ocasiones el mensaje no es recibido de la forma debida y llega a provocar una producción del elemento restaurador colágeno exagerada y, en consecuencia, se produce una cicatriz hipertrófica, es decir, más gruesa que la piel que rodea la herida, que puede ser descolorida y elevada.
Conexión indebida
En caso de que un mensaje sea recibido un poco tarde, el resultado puede ser una insuficiencia de colágeno, lo que significa la formación de una cicatriz atrófica (hundida o hueca en la piel) como las que quedan después de la varicela.
Es falso que existen productos capaces de eliminar del todo una señal de esa naturaleza, pero es cierto que hay otros que son efectivos para cambiar su apariencia.
Mederma es un fármaco que permite que una cicatrización de características desagradables, tales como decoloración, elevación y aspereza se convierta en una huella menos llamativa, casi invisible. Se trata de un gel tópico que contiene cepalin (allium cepa), un extracto botánico derivado de la cebolla, especialmente preparado para ayudar a aplanar los tejidos de las cicatrices y mejorar su apariencia, así como alantoína.
Su eficacia se debe en parte a que se aplica mientras se da un masaje a la zona afectada, ya que la presión directa ayuda a realinear los bultos de colágeno, haciendo que sean más lisas o suaves.
Este producto permite eliminar ciertos bordes que afean la piel. Existen cicatrices que deben ser tratadas con cirugía, pero en estos casos los afectados deben acudir con un dermatólogo, quien sugerirá el mejor tratamiento.