Por fin llegó el otoño. Me parece que este año tardó en llegar. Como que el verano no quería irse. Al contrario, el calor de los últimos días arreciaba de la mano de los sucesos diarios que nos traían de cabeza. Igual pasa con nuestra incipiente democracia, pareciera que no llega nunca, se tarda o nos trae de cabeza. Será que el paso de una estación a otra se nos hace cada vez más lento.
En Coahuila hubo elecciones y participó el 52 por ciento del electorado. La misma noche había resultados preliminares y ganadores y perdedores. A menos de tres semanas de las elecciones, los resultados ya se podían consultar en la página de Internet del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPCC). Es un buen avance. Con todo el PAN impugnó la elección, a pesar de los resultados en las urnas. Las constancias a los ganadores fueron ya entregadas. No podemos seguir dudando eternamente porque esto ensombrece nuestra democracia. Que además nos ha costado un gran trabajo y no nos permite consolidar nuestras instituciones electorales. Hay que darle la vuelta a la página.
El IEPC está constituido por cinco consejeros electorales y un representante por cada partido. La pregunta es si en el instituto están representados los partidos políticos que supuestamente avalan y organizan las elecciones, ¿por qué entonces continúa habiendo inconformidades?
Por otro lado el propósito del Instituto es organizar procesos electorales legales, trasparentes e imparciales que fortalezcan la credibilidad y la confianza del ciudadano. Si esto es su trabajo no puedo pensar que la corrupción sea tal que los consejeros no busquen este objetivo. El organismo debe ser independiente y debe impulsar, como de hecho lo hizo, la participación ciudadana. Lo hizo por medio de una campaña, además del programa con las escuelas donde la tarea de los niños era llevar a sus padres a votar, lo cual muchos de ellos lo hicieron. Fue notorio, en las casillas el día de la elección los numerosos niños que en la fila, acompañaban a sus padres. Todos éstos son avances y ahí han estado los partidos políticos.
A nivel nacional el Instituto Electoral Federal, a pesar que no falta quién intente desacreditarlo, ha puesto ya en marcha la elección para 2006. Tratemos de confiar en él. No es saludable seguir dudando eternamente. Esto no significa que no podamos innovar, debatir, analizar reformas y mejorar los órganos electorales. Hay cauces para ello. Se supone que en el IFE están todos los partidos políticos representados, que cuentan con reglas que costó mucho llegar a ellas. Los que ahí participan no son seres extraterrestres o extranjeros. Son también mexicanos, supongo movidos por un espíritu democrático, en el que va de por medio su prestigio y su dignidad. Con más, el IFE y el IEPCC cuestan mucho dinero que sale de nuestros bolsillos. Deben rendir cuentas y nosotros exigirlas.
Ningún sistema es perfecto. Nada más miremos hacia el norte, a nuestro vecino. Su sistema electoral no es perfecto. Ellos, que se dicen viven en una democracia ejemplar, no cuentan con un IFE, alguien imparcial. Sus elecciones son organizadas a nivel de cada estado por un político de partido que es por lo general el equivalente al secretario de Gobierno. Muchos estadounidenses piensan que la elección del año 2000 fue robada, cuando en el estado de Florida hubo grandes diferencias en la votación, además que no hay un estándar que deje registro de cómo votó la gente. Aquí se supone que al terminar la elección se firman actas en cada casilla y se reportan los resultados. Claro que eso no debe ser consuelo para nosotros, insisto, debemos innovar, mejorar, perfeccionar cada día nuestra democracia.
Los vecinos tienen, como nosotros otro problema, que debemos cambiar cuanto antes. No podemos seguir con campañas donde se gastan sumas estratosféricas de dinero y que sólo dan a ganar a los medios de comunicación y empresas publicistas. Hay que regular las campañas financieras, es indecoroso e inmoral este gasto, sobre todo en un país como el nuestro con grandes carencias.
¿Dónde acabaron los enormes espectaculares que había por toda la ciudad con las lindas caras de los candidatos? Supongo que en la basura. ¿Quién se benefició de este gasto? ¿Cuánto se gastó cada partido? Ese dinero pudo seguramente haberse utilizado mejor, ¿no creen?
Hay que trabajar cada día desde la propia trinchera para perfeccionar nuestro sistema democrático. Exigir y promover la rendición de cuentas e informarnos. El que los ciudadanos nos mantengamos informados, tratemos de elevar el nivel de debate e impulsemos la participación en la vida pública. Que cada tema o asunto de interés general se debata, se analice, se estudie y delibere. Esto puede alentarse en las escuelas y universidades. Dejemos de lado frivolidades y ligerezas. Información que sólo confunde, provoca chisme y bajezas, destruye. No sirve para construir.
Una fuente de información que tenemos a la mano es la Internet. Esta gran herramienta que nos proporciona el avance de la tecnología de información se puede usar para mantener informados a los ciudadanos sobre los temas importantes y que esto permita que nos involucremos más en la vida de la ciudad.
La vida ateniense se basaba en contar con información suficiente. No hablar con base en rumores que sólo distorsionan la información y no nos hacen crecer.
Por ejemplo, un ejercicio que pudieran hacer los ganadores de la contienda pasada sería debatir en qué y cómo se va a gastar el presupuesto de los municipios y del estado. Que los diputados que elegimos cumplan e informen cómo fue el debate y los acuerdos a los que llegaron. No basta que digan nuestras carencias, sino cuál sería la mejor manera de gastar el dinero que es de los ciudadanos y la mejor manera de generar ahorros. Nos acercaríamos más a la democracia donde se valora la libertad, el derecho a elegir, la legalidad. La tarea y el reto no tienen fin.
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