Buen momento para comentar los sucesos de la semana tanto a nivel nacional como local, aunque tal vez a usted lector, lectora, le gustaría mejor hablar sobre las vacaciones de los niños, si han salido por ahí a descansar a la playa o la montaña como escribía un compañero editorialista. O si han podido pasear con los hijos sin salir de la ciudad, en los parques y museos, en el campo o en el cine, porque películas para niños abundan en la cartelera. Y aprovecho para lanzar mi queja que durante el verano, a los cinéfilos adultos nos dejan en ayunas. Negocios son negocios dirán los dueños de los cines.
Pero el momento obliga a analizar el contexto de las últimas semanas. En el escenario nacional tenemos a los que se creen salvadores de la patria, los que quieren que creamos en ellos, que van derecho, que quieren otra cosa para el país, que tiene méritos suficientes para gobernarnos. La pregunta es si estos hombres de carne y hueso, con rostros que vemos en los anuncios superespectaculares y en la televisión, tendrán también ideas, pensamientos, lecturas de la historia suficientes para conocer el pasado de México y saber que como decía el gran filósofo italiano Nicolás Maquiavelo “todo aquel que desee saber qué ocurrirá debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas en este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la antigüedad”.
Queremos saber no sólo sobre qué piensan estos que se creen salvadores de la patria, sino lo más importante cómo piensan y para qué quieren el poder. Ejercer el poder es hacerlo con conocimiento de causa, actuando como consecuencia de la reflexión y no del sentimiento como muchos pretenden hacerlo o lo hacen.
Hace unos días escuché en un programa sobre la transición española un comentario que me pareció muy acertado, alguien decía que a los políticos les pagamos para que se pongan de acuerdo. Les pagamos no para que se peleen, sino para que diriman diferencias y lleguen a acuerdos que nos hagan avanzar. En el sexenio del presidente Fox poco se avanzó, porque los que se tenían que haber puesto de acuerdo para lograr acuerdos han hecho exactamente lo contrario, no se han puesto de acuerdo.
¿Merecen que se vuelva a votar por ellos?, pregunto. ¿O por los que gobernaron por setenta años? ¿O por quien ha gobernado el Distrito Federal en los últimos años? ¿Por quién entonces?
Gobernar es tarea compleja que sólo se logra si se tejen acuerdos, negociaciones, si se dialoga y se escucha al contrario. Problemas tan lacerantes como el narco, cómo resolverlos si no es con el concurso de todos.
El programa México Seguro se implementa casi a final del sexenio cuando ya las mafias tomaron por asalto al país o por lo menos a la frontera. Problema complejísimo de resolver si no se conoce la historia, se toma en cuenta a personas de diversas disciplinas que conozcan de fondo el problema y se resuelve con voluntad.
Winston Churchill, que además de gobernante y político fue historiador, escritor y literato escribió viviendo en Sudán, cuando este país era colonia británica que “los negros del color del carbón mostraban las virtudes de la barbarie” y me pregunto si los narcos mexicanos no muestran esa barbarie cuando matan a quien consideran sus enemigos o a los secuestradores que son capaces de matar o mutilar y cortar los dedos a quienes secuestran. Esa es barbarie y es un tipo de terrorismo. Y así hay que atacar el problema. Sin ingenuidades.
Si en México no ha habido ataques terroristas al modo de los de las Torres Gemelas o de Londres o Madrid o de Irak, sí existe el terrorismo político como bien lo decía Mussy Urow la semana pasada o el terrorismo en manos de las mafias de narcos, que nos tienen secuestrados. Porque díganme si no, la gente vive en su propia ciudad atemorizada.
En el ámbito estatal, Coahuila tiene ya los candidatos de los tres principales partidos. Zermeño por el PAN, Moreira por el PRI y Rodríguez por el PRD. Vamos conociendo a estos tres hombres de carne y hueso, sus orígenes, su formación intelectual, las lecturas que han hecho, los libros que tienen en sus bibliotecas, sus influencias, sus obras, dice un dicho que por sus obras los conoceréis.
Tanto Zermeño como Moreira han sido alcaldes. Conocen lo que es el trabajo en y para la ciudad. Moreira fue secretario de Educación. ¿Qué pasó en ese tiempo, se avanzó o qué programas innovadores se crearon? Supongo que conocerá muy bien el gran rezago educativo que tenemos en Coahuila. ¿Las escuelas en el medio rural son de calidad y preparan a los niños para el mundo competitivo de hoy?
¿Qué han hecho y cómo lo han hecho en los puestos públicos que han desempeñado? ¿Qué méritos tienen para que votemos por ellos? Queremos que hagan campañas austeras, de ideas y pensamientos, que se acerquen a la gente y vean sus problemas y escuchen. Las contiendas de gasto excesivo e inmoral, huecas, con ataques personales cansan y desaniman el voto. No basta enumerar los problemas y las acciones que se proponen, eso es sencillo, explicarnos cómo piensan resolverlos, con qué métodos, alternativas o recursos. Ahí está lo complicado.
En fin las vacaciones terminan, los niños vuelven a la escuela. La mercadotecnia promoviendo escuelas y comercios que tienen que ver con la enseñanza nos inunda. ¿De igual manera se estarán preparando los profesores para el nuevo ciclo escolar?
Y mientras eso sucede existe el peligro que las campañas nos ahoguen y más a los coahuilenses que este año cambiamos gobernador, alcaldes y Congreso local. Moderación, honestidad, ideas frescas, conocimiento, cercanía, confianza en la autoridad electoral. Eso pedimos. Está fácil.
garzara1@prodigy.net.mx
