Algunos tes que comúnmente se dan a los pequeños cuando sufren cólicos pueden generar males mayores.
Es cierto que las abuelas saben mucho de cuidados de la salud, la experiencia les ha mostrado la forma de hacer frente a ciertas emergencias, pero en sus años de prácticas han carecido de informes sobre algunos remedios ancestrales que pueden resultar más dañinos que la enfermedad.
Hay jóvenes madres que desconocen el efecto negativo de las recetas de las abuelas, como que el anís de Estrella y automedicación para aliviar males estomacales en los pequeños llegan a ser causa de parálisis intestinal, que deriva en la imposibilidad de evacuar, distensión abdominal y vómitos, originados por la obstrucción parcial del intestino.
Esta receta ancestral, de acuerdo con especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es la causa principal de muchos problemas en las clínicas de urgencias, pues la gente reacciona tratando de aliviar el dolor de un bebé y termina dañando su aparato digestivo.
El jefe de Cirugía Pediátrica del Hospital General del Centro Médico Nacional "La Raza" del IMSS, Refugio Mora Fol, indicó que la parálisis intestinal "es común entre los niños por lo que son llevados con mucha frecuencia a los servicios de urgencias, sus síntomas son: vómitos, dolor abdominal al ser palpado, baja temperatura, deshidratación y respiración agitada".
Más caro el caldo...
El daño a la salud del pequeño y hasta el riesgo de muerte están latentes en este caso, por lo que nunca se debe dar a los niños remedios caseros, ni esas fórmulas que se consiguen fácilmente en mercados o tianguis, sin responsabilidad de quien los vende. El especialista advierte que nadie debe ingerir ningún fármaco, si no es bajo estricta supervisión médica, ya que las dosis y el tiempo de consumo van a determinarse de acuerdo con cada patología.
Y señala que las madres deben saber que los cólicos y el vómito en niños se presentan por diversas causas que deben investigarse, pues llegan a tener su origen en infección gastrointestinal (viral o bacteriana), intoxicación alimentaria (que se consumió algo en mal estado), parasitosis intestinal o apendicitis (en este caso, se acompaña de síntomas como dolor abdominal y fiebre).
En los lactantes, explica, es frecuente que los problemas se deban a una mala técnica de alimentación, ya que las mamás no les dan el pecho en forma adecuada o no los hacen eructar, por lo que éste deglute mucho aire, lo que hace que el estómago del bebé se distienda.
Pero la obstrucción se puede deber también a una invaginación intestinal, que ocurre cuando un segmento de intestino se introduce dentro de otro, por lo que se produce una oclusión o taponamiento, y en este caso, la escasa cantidad que se evacua es acompañada de sangre y moco.
El doctor Mora Fol comenta que si en vez de llevar al pequeño al médico se opta por las alternativas mencionadas, se pone en mayor riesgo la salud del menor y se disfraza el factor que da origen a la sintomatología, lo que puede generar mayores complicaciones.
Muchas de estas alteraciones son prevenibles, si se mantiene una buena higiene al preparar y manipular los alimentos y si éstos se seleccionan de manera correcta para la edad del niño.
Con estas medidas podrían evitarse infecciones gastrointestinales y todo el desenlace que ello implica.
