Si me haces pan de muerto te doy tu pan de caja
te llevo de corbata, de oreja hasta el panteón
ahí están los gusanos, pa?tus hermosos huesos
nomás no te hagas rosca, que te irá del cocol.
Así dice una canción del genial michoacano Chava Flores en la cual utiliza puros nombres de piezas de pan para crear la historia de una mujer mancornadora a la que le gusta jugar con los sentimientos de los demás hasta que uno de esos ?demás? se atreve a ?echarle en cara? su proceder.
La verdad es que los mexicanos parece que nos divertimos poniéndole nombres curiosos, estrambóticos, ridículos y a veces hasta obscenos a las piezas de pan, arraigada costumbre que desarrollamos con mucha picardía y una gran dosis de imaginación.
La chilindrina por ejemplo, es originalmente una cosa chiquita e insignificante? De ahí el nombre con el que bautizó Chespirito al personaje de sus programas. El cocol viene en el diccionario como un panecillo en forma de rombo y las conchas se supone que tienen la forma más que de concha, como de caparazón de tortuga. Sin embargo si les hubieran puesto por nombre ?caparazones? quién sabe cómo nos hubiera ido. Te invito a mi casa a comer unos caparazones con chocolate? como que no suena interesante, se me hace poco tierno. Además, fíjese, nosotros, cuando niños, a lo que hoy se llama concha le veíamos forma de volcán, porque así era como la llamábamos. Ahora, váyase usted a las faldas del Popo, tome una concha de pan y póngala frente a Don Goyo a ver si se parecen. Se me hace que les va a encontrar muy poco parecido.
En la familia panera hay semitas que no son árabes ni hebreas, orejas que no oyen y aviones que no vuelan. También hay monjas que no saben rezar y corbatas que nadie se va a colgar en el pescuezo para ir a una junta de consejo.
Las hojaldras se llaman así, no porque sean cobardes o poquiteras, sino porque están hechas de hojaldre, un tipo de pan que al cocerse forma muchas hojas delgaditas. Y esas hojaldras son muy diferentes de las hojarascas que son una especie de galletitas azucaradas, muy ricas pero tremendamente engordadoras.
Los gendarmes a pesar de su nombre dicen que son unos panecillos geométricos de forma muy picassiana, o sea que recuerdan alguna obra de Picasso y que se deshacen en la boca produciendo gran deleite y que lo único que los identifica con la ?gente de armas? es que son ?muy morenitos?.
Ponerle cochinito a una pieza que representa la silueta de ese animal, no tiene chiste, pero para las chilindrinas, las monjas y los cocoles, incluso para los ojos de Pancha no vamos a encontrar fácilmente una explicación.
Ahora que, ponerle calzones? digo llamarle así, con el nombre de esa prenda tan íntima a una inocente pieza es terrible osadía y puede llegar a crear situaciones sumamente embarazosas.
Imagínese que una muchacha, muy decente y recatada llega a la panadería y pide entre otras piezas de pan, unos calzones. Eso ya en sí puede resultar muy penoso, pero si a la chica se le ocurriera arrepentirse y quisiera pedir que le cambiaran esa pieza por otra de esas llamadas revolcadas? ¿cómo podría hacer su solicitud? Tendría que decirle al panadero: ?Mejor quíteme los calzones y deme una revolcada?.
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Pregunta: ¿Qué significa inconsútil?, pregunta Marcela Cortés.
Respuesta: Inconsútil es lo que no tiene costuras. Por ejemplo, se dice que la túnica de Cristo era inconsútil, o sea que era de una sola pieza, no tenía costuras.
FRASE LOCA? DE REMATE
Prefiero fracasar en algo que disfruto, que tener éxito en algo que no me gusta.
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