El gentilicio, como el ombligo, es algo que todos tenemos? ¿pero dónde lo tenemos? No, no es alguna parte del cuerpo ni es un órgano de nuestra humanidad. El gentilicio es un adjetivo que indica nuestro lugar de procedencia.
¿De dónde son los japoneses? Pues de Japón. ¿Y los nipones? Pues de Japón también. ¿Entonces? Bueno, es que todos tenemos varios gentilicios. Algunos de ellos no se derivan del nombre del lugar geográfico de nuestra procedencia sino de algún hecho histórico o arcaico.
Nosotros somos mexicanos, pero de repente saldrá alguien que nos llame aztecas, como a los argentinos les decimos gauchos y a los uruguayos charrúas, mientras que los chilenos son los huasos. Esos son personajes populares, personaje típicos del pueblo como sería el charro en México.
Así los húngaros son también magiares, nombre que les viene de una denominación anterior de su nación.
Los nacidos en Buenos Aires son bonaerenses pero también se les conoce como porteños y todo hace aparecer que sus habitantes fijos o flotantes piensan que Buenos Aires es el único puerto del mundo.
Los que nacieron en Tánger son tangerinos, los de Troya fueron los troyanos y no hay qué confundirse porque en Estados Unidos y en otros países de habla inglesa, decir troyanos (trojans) es igual a decir condones porque es ésa la marca más popular de tales adminículos y ya se volvió genérica: ahora decir troyanos es decir condones como decir kleenex es referirse a pañuelos desechables..
Los de Venecia son los venecianos, pero los lusitanos ¿de dónde son?
Los lusitanos son de Portugal.
Lo que debemos hacer es diferenciar muy claramente los que son verdaderamente gentilicios y los que sólo son apodos. Esto lo señalo especialmente porque, en el manual de ortografía emitido por la Real Academia Española aparecía la palabra ?chilango? como gentilicio de los nacidos en la Ciudad de México.
Éste es un grave error ya que ?Chilango? sólo es un apodo y no un gentil gentilicio y además tiene implicaciones peyorativas, es decir, insultantes o por lo menos despectivas. Afortunadamente ya se hizo la corrección.
A los dominicanos se les llama también quisqueyanos, a los puertorriqueños o portorriqueños se les conoce como boricuas y los de Veracruz se hacen llamar jarochos. Los de Costa Rica usan muy frecuentemente el diminutivo, pero no como nosotros que lo aplicamos con su terminación en ito. Para ellos lo más usual es la terminación en ico. Espérame un ratico, tan sólo un poquitico. Esta costumbre ha hecho que a los costarricenses se les identifique simplemente como ticos.
Entonces concluyo recordando aquel viejo refrán que dice: Dime de dónde eres y te diré tu gentilicio.
POR SI LAS DUDAS
Pregunta: Isidoro Casas, de Tampico me pide le aclare si jimar es un verbo que indica ayuntamiento carnal.
Respuesta: No, carnal. El verbo jimar y el adjetivo jimador no aparecen en el Diccionario de la Real Academia Española pero sí en el de Mexicanismos de don Francisco Santamaría y dice que jimar es preparar las pencas de maguey asándolas para fabricar el mezcal. Entonces, obviamente el jimador es el que realiza esa acción.
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FRASE LOCA... DE REMATE
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