EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los días de asueto son una excelente oportunidad para los padres de convivir, acercarse a sus hijos, y buscar una comunicación, manifiesta la psicoterapeuta infantil, Lucía Cristina Puga.
“Muchos padres se preocupan tanto por lo educativo que dejan de lado el desarrollo emocional”, dice, “al enfocarse en esto, se exige demasiado a los niños y se genera el estrés infantil, pues se olvida el esparcimiento y la recreación”.
Señala que los niños en edad preescolar requieren de estar en contacto con la naturaleza, necesitan de un espacio más abierto y resulta muy benéfico que estén acompañados por sus padres mientras exploran y admiran.
La psicóloga explica que, en el caso de los menores en edad escolar, se requiere mayor atención y planeación de las actividades, en lugares tanto culturales como de esparcimiento, que pueden abarcar también reuniones familiares o actividades deportivas.
“Realmente lo que los niños buscan es el contacto familiar, aunque a veces los padres quisiéramos que no hubiera vacaciones para seguir otro ritmo de diversión”, comenta, “se les pueden poner actividades desde hacer masa con la tortilla de harina”.
“Si nosotros como adultos buscamos algo qué hacer en casa, los niños pueden disfrutar de esa convivencia y pasarla bien”, agrega.
Lucía Puga considera que el intercambio entre padres e hijos resulta sumamente benéfico, aun en actividades cotidianas como revisar las llantas del carro.
“El hecho de hacerse acompañar por los hijos a cualquier sitio es óptimo para buscar la comunica-ción”, indica, “los niños sienten que tienen un lugar especial con el papá o la mamá, un espacio donde pueden convivir con sus hijos”.
La psicoterapeuta advierte que los menores responden al comportamiento y el estado de ánimo de los padres, por lo que destaca la importancia de que los progenitores se relajen y convivan en armonía con ellos.
Para tomar en cuenta
Para estos días en que los hijos se quedan en casa, la psicoterapeuta infantil, Lucía Cristina Puga, recomienda a los padres no dejar sin atención a los menores, en especial aquéllos que están en edad preescolar.
-Tomar en cuenta que es benéfico visitar sitios naturales como las presas o el río, pero bajo la condición de no permitir que los infantes entren al agua.
-Recordar que los menores aprenden lo que los adultos les enseñen.
-Promover actividades donde se acompañen mutuamente, para fomentar la comunicación.
-Los progenitores requieren darse un descanso como padres y disfrutar más de la espontaneidad de los hijos.
FUENTE: Lucía Puga, psicoterapeuta infantil
