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MIAMI, FLORIDA.- La conductora peruana de televisión Laura Bozzo, en su segundo día en libertad, realizó diversas actividades públicas y privadas y dijo a periodistas que "nadie puede valorar la libertad hasta que la pierde".
Ante el asedio de la prensa, añadió que por ahora "colaboraré con la gente que está injustamente detenida... (voy a) trabajar por mi país".
Un tribunal integrado por mujeres levantó el viernes el arresto domiciliario que Bozzo cumplía en un estudio de televisión limeño, donde grababa sus programas de entrevistas informales para la cadena estadounidense Telemundo, al haber cumplido 36 meses sin sentencia.
El tribunal presidido por la vocal Aracelly Baca, mantuvo el impedimento de salida del país de Bozzo. Estableció otras cuatro restricciones que debe cumplir la animadora, que anteriormente trabajó en el canal cuatro de televisión de Lima.
Las restricciones son: firmar cada 15 días, en la sede de los juzgados penales un libro de control y dar cuenta de sus actividades; no variar de domicilio sin autorización del tribunal; concurrir a las citaciones del Poder Judicial y ejercer correctamente la libertad de expresión bajo los parámetros de la verdad; respeto a las autoridades judiciales y partes que intervienen en el proceso.
El Poder Judicial informó el viernes que Bozzo es juzgada públicamente por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir y peculado en agravio del Estado, por presuntamente haber recibido dinero del ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos, ahora encarcelado.
Un fiscal ha pedido para Bozzo siete años de prisión y el pago de una reparación de 20 millones de soles, equivalentes a seis millones de dólares. Bozzo fue arrestada el 17 de julio de 2002 en el aeropuerto de Lima cuando se disponía a viajar a Nueva York.
Según versiones de la prensa local, acatando el fallo judicial, en los primeros minutos del domingo, Bozzo abandonó un estudio televisivo conocido como Monitor, donde cumplía arresto domiciliario y grababa sus programas para Telemundo. De Monitor se trasladó al hotel Marriott, en el distrito residencial Miraflores, donde festejó el levantamiento de su arresto domiciliario.
El domingo por la mañana tuvo una reunión familiar en casa de sus padres.
Bozzo dijo el lunes por el canal N que su padre está delicado de salud con problemas de presión alta.
El domingo por la tarde acudió a la céntrica iglesia de San Francisco, a cumplir una promesa, según dijo.
Al salir del templo, según las imágenes difundidas por televisión, fue rodeada por admiradores que la abrazaban o estrechaban las manos.
El juicio no ha terminado y Bozzo comparecerá hasta que el tribunal emita su veredicto. Se realiza en un salón del Poder Judicial en una base naval, en el vecino puerto El Callao, donde está encarcelado Montesinos, el otrora hombre fuerte del gobierno de Alberto Fujimori, durante la década pasada.
